Aunque quizá no fue el factor determinante, la estrategia de comunicación de Vicente Fox durante la campaña presidencial del 2000 fue muy buena y contribuyó a su victoria. Él mismo siempre destacó la importancia de comunicar y vender los propgramsa y proyectos del gobierno (incluso señaló alguna vez que le dijo a Zedillo que le sorprendía que la administración de este último tenía buenos programas, pero que nadie los conocía). En ese entonces, parecía que Fox sería "el gran comunicador", muy al estilo de Ronald Regan, y que eso contribuiría a impulsar todas las reformas que el país necesita.
Tres años después, esa esperanza está hecha pedazos. Afortundamente, el gobierno de Fox tiene bastante claro qué medidas requiere el país para avanzar (reformas fiscales, energéticas, laborales, educativas, etc:). Pero ha mostrado una ineptitud enorme y consistente para promoverlas.
El actual debate en torno a la Reforma Fiscal es sintomática. La propuesta de homologar el IVA a 10% obedece a toda una serie de análisis por parte del propio gobierno, expertos nacionales e instituciones como el FMI y la OCDE. Claro, no es el único medio para recaudar más, pero es el más importante y el que funcionará más rápido.
Las críticas a esta propuesta son bien definidas: afectará más en términos relativos a los pobres que a los ricos, aunque estos últimos aportarán casi toda la recaudación adicional que se obtendría. En ese sentido, tal como he señalado muchas veces, la clave para lograr la aprobación de esa medida es encontrar mecanismos para compensar a los más afectados, lo cual de todas formas aportaría una excedente neto al gobierno.
Lamentablemente, el gobierno sólo ha vendido la homologación del IVA afirmando que aumentará la recaudación. En térmions políticos, eso implica que no será aprobada, ya que todos entienden por qué afectaría más a los pobres y piensan que el dinero adicional recaudado no los beneficiará personalmente. El gobienro simplemente no ha ofrecido beneficios concretos que las personas puedan entender.
Lo más triste es que Fox tiene la idea correcta: importa más la política de gasto que la tributaria. Cito sus palabras pronunciadas ayer en un discurso que ofreció a la Canacintra:
"La mejor manera de hacer justicia social, de distribuir el ingreso, de impulsar el crecimiento económico, es precisamente con el Presupuesto, es con la orientación que se le dé al Gasto.
La recaudación, el ingreso, siempre tendrán consistencias. Nunca será suficientemente equitativo.
No es con las fórmulas de impuestos como se hace la justicia social. En realidad, nadie quiere impuestos o nadie queremos impuestos. Lo importante es qué se va a hacer con esa recaudación. "
Sabe y entiende. Pero no lo puede aterrizar. Debería reducir el número de presentaciones públicas que hace y en todos los discursos debe vender esta idea, mencionando medidas concrteas. Debería saturar a los medios con sus argumentos y minar los argumentos simplistas de sus críticos. Pero no lo hace. Eso probablemente condenará su propuesta al fracaso parcial o incluso parcial. Para el país, es trágico, ya que sin una reforma fiscal importante, tampoco habrá una reforma energética relevante ni se podrá invertir más en educación e infraestructura.
sábado, noviembre 08, 2003
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