El indicador financiero más importante, que pasa totalmente inadvertido en la prensa especializada, es el premio de riesgo de los bonos. Se trata de la diferencia en el rendimiento que presentan los bonos corporativos estadounidenses de una cierta calificación y el rendimiento de los bonos del gobierno, libres de riesgo crediticio. Este diferencial es un buen indicador que capta la visión de los inversionistas sobre la solvencia financiera de las empresas y, por tanto, es un buen barómetro del nivel de riesgo general del sector corporativo (entre menor es, el riesgo es más bajo).
En este frente las noticias son excelentes (hoy publiqué una nota sobre este tema). En el caso de los bonos Baa calificados por Moodys (una calificación similar a la del gobierno mexicano en escala internacional), el diferencial se ubica cerca de 2.3 puntos porcentuales, mientras que a fines del año pasado alcanzó casi los 4 puntos porcentuales. Esta caída explica una parte importante del alza en el precio de las acciones y los bonos corporativos. Ambas categorías han presentado retornos de 30% o más este año.
Este indicador es muy similar al que conocemos como "riesgo país", que mide la diferencia en el rendimiento de los bonos del gobierno mexicano en dólares y sus contrapartes del Tesoro estadounidense. Pero como el monto de la deuda mexicana y emergente es muy baja con relación al mercado corporativo estadounidense, este último dicta en parte lo que sucede en el primero. De hecho, la tendencia seguida por la deuda mexicana es idéntica. (Sólo diferiría si hay cambios importantes que afectan a la solvencia del país. Por ejemplo, la aprobación de una reforma fiscal reduciría el riesgo país incluso si el riesgo corporativo en EUA no cambia).
Es importante seguirle la pista a este indicador. Todavía podría bajar más, ya que a fines de los noventa promedió entre 1.5% y 2%. Pero un alza sería señal de problemas futuros en la economía.
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