Casos como Enron, Tyco y Worldcomm, entre otros, muestran qué tan importante es el gobierno de las empresas. Si bien en México está lejos de ser perfecto, es muy altentador que en este ámbito las autoridades impulsaron cambios legales antes de que esos escándalos estallaran y, como consecuencia, ninguna empresa mexicana ha sido seriamente cuestionada. Esta nota ofrece una perspectiva sobre el grado de acatamiento de las empresas a las normas sobre gobierno corporativo. La conclusión: la mayoría cumple, pero falta mucho por hacer.
De hecho, los principales problemas que siguen existiendo en esta materia son legados del pasado, cuando era muy sencillo que las empresas dividieran su capital en acciones con voto (o muchos votos) para el grupo/familia controladora y acciones sin voto para el público inversionista. Esto permite que el grupo controlador pueda aprobar medidas que favorecen a sus intereses (sobre todo cuando controlan a toda una serie de empresas) y perjudican a los demás accionistas. El caso clásico es TV Azteca, controlada por Ricardo Salinas Pliego pese a tener menos de la mitad de las acciones, que forzó a todos sus accionistas a financiar a Unefón, una telefónica en donde Salinas Pliego tiene una participación importante.
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