lunes, julio 31, 2006

La doble bonanza petrolera para México

La primera es obvia. En 2005 las exportaciones petroleras subieron 35% y este año acumulan un aumento anual de 45% (ver aquí).

¿Cuál es la otra? Las mismas cifras de comercio exterior ofrecen una pista. En el primer semeste, las exportaciones manufactureras subieron 18%, un número muy sorprendente. Basta recordar que entre 2001 y 2003 la era de exportaciones que crecían a dos dígitos parecía extinta ante el letargo estadounidense y la pérdida de participación vis a vis los productos chino.

Entrando al detalle, la respuesta se hace evidente. Las exportaciones automotrices, una cuarta parte del total, aumentan a un ritmo de 26%. Extraño, ¿no?, considerando como están las cosas en el mercado estadounidense. Pero hay que recordar que hace pocos años la industria automotriz mexicana se estancaba porque estaba orientada a autos ligeros, no a las pesadas camionetas favorecidas por nuestros vecinos. Pues que les cuento que sucedió con el petróleo a 70 dólares por barril. Se está cumpliendo mi profecía y, en términos generales, eso favorece a la plataforma exportadora mexicana de autos. Qué cosas.

(Nota: Vaya que esto no es lo ideal. Convendría mucho más que armaramos las famosas SUV para poder enfrentar mejor el riesgo de una caída en los precios del crudo. Dicho eso, hay que disfrutar mientras dure el momento).

El fraude perfecto

Las usuales complicaciones de la vida me han impedido escribir. Es extraño como ciertos impulsos llevan a uno a retomar la pluma figurativa.

Bueno, pues el detonante en este caso es este artículo de la alguna vez respetable revista Proceso. Más allá de las inclinaciones partidistas de uno --y quien haya seguido este espacio sabrá que López Obrador no es santo de mi devoción--es insólito sostener hubo fraude en las elecciones mexicanas pese a la ausencia de evidencia concreta. Vaya, un típico caso en donde la autoparodia se lleva en el título.