Las usuales complicaciones de la vida me han impedido escribir. Es extraño como ciertos impulsos llevan a uno a retomar la pluma figurativa.
Bueno, pues el detonante en este caso es este artículo de la alguna vez respetable revista Proceso. Más allá de las inclinaciones partidistas de uno --y quien haya seguido este espacio sabrá que López Obrador no es santo de mi devoción--es insólito sostener hubo fraude en las elecciones mexicanas pese a la ausencia de evidencia concreta. Vaya, un típico caso en donde la autoparodia se lleva en el título.
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