La semana pasada se presentó un accidente relacionado con una fuga gas natural en la Ciudad de México. El suministro de gas natural es un fenómeno relativamente reciente en el país. Las empresas del sector afirman que es una opción más práctica, segura y económica comparada con el tradicional abasto de gas L.P. (líquido propano). A partir de este accidente, los medios han aprovechado para sembrar pánico al cuestionar la seguridad de este medio de suministro de energía. La torpe respuesta de la empresa en cuestión (Metrogas) y de las autoridades federales del sector no ayuda.
Sin embargo, hasta donde recuerdo, es el primer accidente de este tipo relacionado con gas natural. En cambio, el gas L.P. causa cientos de accidentes al año, derivados tanto de su uso como transporte. De acuerdo a un informe del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), entre 1990 y 1997 el gas L.P. causó 178 accidentes en lugares fijos (17% del total relacionado con sustancias químicas) y sólo en 1997 hubo 179 accidentes de tránsito donde estuvo involucrada esa sustancia. No se ofrecen cifras del daño material y humano que causaron, pero ciertamente la información disponible indica que el gas natural suministrado por tubierías es más seguro que el gas L.P. transportado en camiones.
Tristemente, es mucho pedir que los medios investiguen a fondo y ofrezcan información veraz cuando es más fácil y rentable para ellos generar falsas alarmas.
lunes, noviembre 10, 2003
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