El reporte de crecimiento excedió las expectativas, con un alza de 7.2% real anualizada en el tercer trimestre. Si bien esta cifra puede ser revisada a la baja en los próximos meses, de cualquier forma es un dato impresionante (la mayor expansión trimestral en 19 años). Pero quizá lo más notable es que la calidad del crecimiento fue bastante buena. Mis principales observaciones:
1. Consumo: Dos terceras partes del aumento en el PIB se explican por un alza en el consumo privado (+6.6%), sobre todo de bienes duraderos (+26% anualizado). Obviamente, las pesonas están aprovechando las bajas tasas de interés y promociones. Pero el verdadero motor es el ingreso, que creció a un ritmo ligeramente mayor que el gasto. Aquí hay un problema: más de la mitad del aumento en el ingreso disponible de las familias se explica por un menor pago de impuestos. Este beneficio por definición será menor en los próximos meses, por lo cual el ingreso y el consumo crecerán a un ritmo más bajo (3% anual o menos), al menos que se recupere el empleo.
2. Inversión: La inversión privada aumentó 9.3% anualizado, impulsada tanto por la inversión en activos productivos (sobre de informática) y casas. Esto es muy positivo, ya que implica que por fin el problema de capacidad excedente ya no es un lastre que inhibe la inversión; además indica que las utilidades corporativas están creciendo a buen ritmo. Pero lo más notable es que los inventarios cayeron, lo cual es una excelente noticia, ya que las empresas tendrán que subir su producción en los próximos meses para abastecer la demanda.
3. Comercio exterior: La caída de casi 20% del dólar ante otras divisas en los últimos 18 meses por fin está suritendo efecto. Las exportaciones aumentaron 9% anualizado mientras que las importaciones subieron 1%. De mantenerse esta tendencia, Estados Unidos requerirá menos capital extranjero, reduciendo así el riesgo financiero que esto implica.
4. Gasto del gobierno: Creció sólo 1.3% en el trimestre, por lo cual no contribuyó mucho al repunte. Dada la precaria situación de las finanzas públicas en ese país, el modesto aumento del gasto gubernamental es loable.
Conclusión: Es un reporte muy positivo, aunque esas tasas de crecimiento no son sustentables: el PIB estadounidense presentará menores incrementos en los próximos trimestres (alzas entre 3 y 4% anual). Sin embargo, la economía estadounidense enfrenta dos pruebas clave: 1) ¿qué pasará cuando las tasas de interés suban, lo cual sucederá tarde o temprano (en el 3er trim. los precios al consumidor subieron 2.4% anualizado, quizá reflejando incipientes presiones inflacionarias) 2) ¿el alza en la inversión se traducirá en una recuperación en el empleo, de la cual depende el futuro del consumo (en otras palabras, ¿la inversión en informática está enfocada a sustituir trabajadores o sentar las bases para crecer?).
Más contexto: The Economist presenta su perspectiva sobre estos datos.
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