Acabo de leer un excelente ensayo en la revista semanal del New York Times sobre Irak. Sus argumentos son muy similares a mi forma de pensar. Sobra decir que es lectura muy recomendada. El autor, al igual que su servidor, reconoce que hay razones perfectamente válidas para haber apoyado la ocupación de ese país o para rechazarla. Pero ahora que Estados Unidos controla Irak y está en marcha el proceso para la devolución del poder al pueblo iraquí, es vital para todos que haya una conclusión exitosa.
Por eso me preocupan tanto los argumentos surgidos a raíz de la masacre en España. Los más peligrosos quienes proponen un pacifismo radical vis-a-vis el terror islámico. Por ejemplo, ayer el destacado intelectual mexicano Federico Reyes Heroles --a quien admiro y respeto--publicó un editorial en Reforma que me dejó pasmado. Lo cito directamente:
" A la violencia ciega del 11 de septiembre correspondieron dos guerras igual de bárbaras. Dos países han sido invadidos: Afganistán e Iraq. Muchas naciones, grupos con identidad política propia, han sido heridas. La religión más extendida del orbe se siente amenazada. Naciones Unidas y en particular su Consejo de Seguridad fueron pisoteados. Todo por un afán reeleccionista de Bush que hoy John Forbes Kerry pone en entredicho. El costo para el mundo es incalculable. A la injusticia se respondió con injusticia, a la sangre con sangre."
¿A caso olvida Reyes Heroles que fue al Qaeda, una organización protegida y hospedada en su territorio por el gobierno afgano, quien atacó sin provocación a Estados Unidos? ¿A caso piensa que Osama hubiera sido aplacado con exhortos pacifistas y promesas de remediar los agravios del mundo islámico? Con relación a Irak, ya afirmé que personas razonables pueden discrepar, ¿pero a caso se puede argumentar que la ocupación de esos países es, para sus pueblos, a la larga peor que su situación previa? Definitivamente no.
Es válido preguntar que podemos hacer ahora. Creo que el punto de partida es lograr que tanto Irak como Afganistán se vuelvan democracias funcionales. EUA ya mostró que no puede con el paquete; se requiere apoyo de Europa y de otras naciones de buena fe. En ese sentido, el retiro de las tropas españolas es una pésima noticia. Los líderes europeos deben resistir la tentación de replegarse, pero es justo y necesario que exijan públicamente una mea culpa de Estados Unidos por sus múltiples errores.
Sabemos que el mundo islámico ha caído, en mayor o menor medida, en la locura mesiánica (si no me creen, vean esta encuesta). Aunque tiene agravios legítimos en unos casos e injustificados en otros --al igual que todos los países del mundo--su manera de resolverlos es inaceptable. El trabajo de inteligencia no va a detener al terrorismo por sí mismo, por más eficiente que sea. En ese sentido, Occidente debe aplicar toda la presión posible --económica, diplomática y militar en última instancia--para fomentar un cambio de actitud en esos países. Sólo lo logrará si está unido.
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