A propósito del Índice de Globalización 2004 (con base en datos hasta el 2002) publicado por Foreign Policy y AT Kearny, señalaba ayer que este tipo de rankings de países suelen ser muy engañosos. Para ilustrar, este punto vale la pena comparar los casos de Argentina y México. Por motivos de competencia, me limitaré al componente que tiene que ver con factores económicos (también se toman en cuenta indicadores tecnológicos, políticos y movimientos internacionales).
En el ranking económico, el índice asigna a Argentina el lugar 33 (de 62 en total) y a México el 48. Es de destacar que Argentina avanzó dramáticamente en un año, ya que en el 2003 estaba en el lugar 53 (México se ubicaba en el 49). Cabe notar que este componente económico toma en cuenta los flujos comerciales internacionales, la inversión extranjera directa y el ingreso recibido/pagado por inversiones extranjeras. Se suman tanto las entradas como las salidas y se dividen por el PIB del país (todas las variables se expresan en dólares).
¿Qué pasó en un año (fines del 2001 a fines del 2002) para explicar la mejora en el ranking de Argentina? Extrañamente, su PIB, en dólares, colapsó y hubo salidas masivas de capital. Como los flujos de inversión, financieros y comerciales se denominan en dólares, su monto no varió mucho en términos absolutos. Pero el PIB en dólares bajó 65%, en línea con la depreciación del peso argentino. Como consecuencia, la suma de los flujos pasó de 33.2% del PIB a 67.7%, cuando en los cuatro años previos se ubicó en 36.4%.
En cambio, en México la combinación de un menor intercambio comercial por la semi-recesión norteamericana, la caída global en la inversión internacional y un alza modesta en dólares en su PIB llevó a que los flujos bajaran de 66.8% a 62% del PIB. En los cuatro años previos el promedio se ubicó en 70.7% del PIB, casi dos veces mayor al de Argentina.
Dejando a un lado las distorsiones del 2002, estas cifras muestran claramente que México es, en el ámbito económico, una nación mucho más globalizada que Argentina, algo que no se refleja en el ranking. Esto se debe a la inversión extranjera recibe un peso mayor comparado a las demás variables y entre 1998 y 2001 promedio 4.3% del PIB en Argentina y sólo 3.3% en México. Además de ser un tanto arbitrario asignarle tanta importancia a la IED, en el caso de Argentina se dirigió más al mercado interno (sobre todo empresas estatales privatizadas) mientras que en México se ha orientado más al sector manufacturero exportador (es decir, la IED en México es mucho más “globalizadora”).
En ese sentido, la próxima vez que los expertos se rasguen las vestiduras cuando el país cae en algún ranking (el de competitividad del Foro Económico Mundial es el más conocido), hay que tomarlo con muchos granos de sal. El punto es que si bien nos ofrecen una idea muy general de cómo se comparan los países (no dudo que el primer lugar, Irlanda, esté infinitamente más globalizado que Irán, el último), el lugar específico que ocupan puede ser muy impreciso.
P.D. Desde Australia, un economista también critica la metodología del índice. Por cierto, parece ser un blog muy interesante.
viernes, marzo 05, 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario