En poco menos de veinte años, América Latina pasó de ser una región gobernada en su gran mayoría por regímenes autoritarios (desde las brutales dictaduras militares como las de Chile y Paraguay hasta el autoritarismo "light" del PRI en México) a una en donde la democracia es casi universal. Sin embargo, los resultados en casi todos los ámbitos, salvo en el de las libertades políticas, ha sido decepcionante.
El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD) publicó hoy un vasto informe sobre la democracia en América Latina, basado en numerosos y extensos estudios de opinión. Espero tener tiempo para leerlo y comentarlo estos próximos días.
Los resultados son bastante deprimentes: por dar un ejemplo, aparentemente más de la mitad de la población latinoamericana estaría dispuesta a vivir bajo un regimen autoridario si este fuera capaz de mejorar el nivel de vida.
No es algo que debe extrañarnos. La América Latina que conocemos es el resultado de una mezcla poco propicia: divisiones sociales/raciales como las de Sudáfrica, una mentalidad enteramente siciliana y una cultura política heredada del regimen colonial español/portugues, donde el gobierno existía para exprimir la riqueza.
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