En el 2000, Foreign Affairs publicó este artículo, en el cual se argumentaba que existía una probabilidad nada desdeñable que los precios del petróleo bajarían mucho (cerca de los US$10 por barril), con graves consecuencias para la estabilidad geopolítica mundial.
Obviamente, se equivocaron. Pero a veces podemos aprender más de una predicción erronea formulada con buenas bases que de una que resulta correcta más por suerte que por contar con buenos fundamentos.
De haber leído el artículo en cuestión hace cuatro años, hubiera estado de acuerdo con los autores: las mejoras tecnológicas para descubrir y explotar yacimientos, la moderación de la demanda por un uso más eficiente de la energía y la liberalización del sector energético en varios países productores apuntaban a que el precio promedio del crudo se mantendría, en promedio, cerca del equilibrio de largo plazo dictado por la estructura de costos (US$ 20 por barril). Esto implicaba una caída gradual en el precio real (ajustado por inflación) del petróleo. Sin duda, esto representaría un reto importante para los países que dependen mucho de la exportación de este energético (los países del Golfo, Venezuela, Nigeria, Rusia y muchos otros).
¿Qué sucedió? En el artículo original hay una frase que bien vale la pena tener grabada: "The lessons of the past century should have taught us that politics, not geology, has ruled our oil-supply fate."
En efecto, como señala uno de los autores en una nota publicada en el número más reciente de FA, el alza reciente en los precios (un tema que analizé recientemente) es, en general, atribuible a factores políticos, como el conflicto interno de Venezuela y la intensificación del terrorismo islámico.
A esto añadiría la nueva incertidumbre en torno a la capacidad de producción, que se disparó cuando Shell redujo sorpresivamente su estimación de las reservas explotables hace unos meses.
De todo esto, yo me quedo con las siguientes lecciones, que si bien no son originales, vale la pena tenerlas en cuenta:
1. Toda tendencia lleva dentro de sí misma la semilla de su destrucción:
A fines de la década de los noventa, todos pensamos que la combinación de avances tecnológicos y el debilitamiento de la OPEP aseguraban que los precios del petróleo se mantendrían bajos. Al mismo tiempo, olvidamos que dos décadas de precios bajos habían reducido la inversión para encontrar nuevos yacimientos, crear reservas estratégicas y para avanzar en la búsqueda de fuentes alternativas de energía. Cuando llegaron los shocks políticos, no estabamos preparados para enfrentarlos.
Ahora que los precios llevan cuatro años en niveles relativamente altos y todos los días se publican artículos pesimistas al respecto, hay que empezar a pensar en el escenario opuesto. Si bien es poco probable que en el futuro próximo se presente una baja significativa, seguramente ya se diparó la inversión para encontrar nuevos yacimientos en regiones políticamente estables, así como las inversiones para desarrollar fuentes alternas de energía. Tarde o temprano, es muy probable que estos factores ejerzan una presión bajista sobre los precios del petróleo. ¡No me atrevo a dar fechas!
2. Hay que estar atentos a los efectos "secundarios" de las grandes tendencias
La caída en los precios del petróleo durante los años ochenta y noventa generó serias dificultades para los países productores. En muchos casos, los estándares de vida cayeron significativamente. No me parece demasiado atrevido afirmar que, por lo menos en parte, el surgimiento del terrorismo islámico y la elección de un populista como Hugo Chávez en Venezuela son consecuencias directas, aunque rezagadas, de ese proceso de empobrecimiento.
En ese sentido, vale preguntar cuáles serán las consecuencias del actual boom petrolero. Lo más deseable es que los países que dependen del oro negro utilicen los ingresos extraordinarios de su explotación para emprender reformas profundas que los ayuden a tener una economía más estable y capaz de crecer incluso si vuelve a bajar su precio. El éxito de Dubai es un buen ejemplo y Rusia está intentando hacer esto. Es muy importante que los países ricos empiecen a fomentar estos cambios, aunque no paguen dividendos a corto plazo.
Pero en otros países del Golfo y Venezuela, lo más probable es que los autócratas utilicen el dinero para intentar comprar paz social (una estrategia que dificilmente funcionará) y, por lo mismo, dificilmente intentarán emprender reformas con un potencial desestabilizador. Esto crea un escenario de pesadilla: si los precios vuelven a caer, lo que hoy son insurgencias de (relativamente) bajo nivel bien podrían convertirse en conflictos mucho más graves.
lunes, mayo 31, 2004
La fama llega a La Bóveda
Así es. Gracias a un amigo, me enteré que El Mercurio, uno de los principales diarios de Chile, publicó una nota sobre los weblogs, particularmente aquellos orientados a temas de negocios y finanzas.
Por razones obvias, la lista de weblogs incluída en el artículo es demasiado breve y, para mi gusto, un tanto dispersa (mezcla blogs de negocios con tecnología y leyes). En materia de economía, dejan a un lado blogs indispensables como Marginal Revolution , Daniel Drezner o Mahalanobis.
En lo personal, la buena noticia es que La Bóveda fue mencionada. La mala es que en una escala de una a cinco estrellas, fue calificada con tres ("aceptable"). En esta vida no se puede todo.
Con todo, es muy positivo que se publiquen notas como ésta. El fenómeno de los blogs ha recibido demasiada poca atención en el mundo hispano (aunque estríctamente sólo puedo hablar con autoridad del caso de México), lo cual limita el número de participantes directos y lectores.
Por razones obvias, la lista de weblogs incluída en el artículo es demasiado breve y, para mi gusto, un tanto dispersa (mezcla blogs de negocios con tecnología y leyes). En materia de economía, dejan a un lado blogs indispensables como Marginal Revolution , Daniel Drezner o Mahalanobis.
En lo personal, la buena noticia es que La Bóveda fue mencionada. La mala es que en una escala de una a cinco estrellas, fue calificada con tres ("aceptable"). En esta vida no se puede todo.
Con todo, es muy positivo que se publiquen notas como ésta. El fenómeno de los blogs ha recibido demasiada poca atención en el mundo hispano (aunque estríctamente sólo puedo hablar con autoridad del caso de México), lo cual limita el número de participantes directos y lectores.
viernes, mayo 28, 2004
La Industrial Champion's League de Europa
Hace unas semanas, se dio a conocer que Francia y Alemania estaban trabajando para crear un esquema conjunto de política industrial, cuyo aparente objetivo era defender y crear grandes "campeones" (empresas líderes) binacionales, a través de mayores vínculos y apoyo estatal.
Ahora resulta que, como siempre, Francia defiende con fervor una mayor integración europea....pero sólo si la beneficia directamente. Al parecer, los alemanes están furiosos por dos casos recientes (ver esta nota).
En primer lugar, el gobierno francés impidió que Novartis, una empresa suiza-alemana, adquiriera a Aventis, una firma franco-alemana. En cambio, arreglaron que Aventis se fusionara con un laboratorio francés, Sanofi. En segundo lugar, está el caso de Alstom, un conglomerado industrial francés que enfrenta serios problemas financieros. Una solución, que Siemens, una empresa alemana muy exitosa del mismo giro, adquiriera a Alstom (totalmente o en partes), fue desechada a favor de un apoyo económico directo del gobierno francés.
Más allá de este punto, vale preguntar si los gobiernos deberían intervenir el ámbito corporativo para mantener en manos nacionales a empresas con serios problemas financieros.
La respuesta que ofrece la economía clásica es, por supuesto, NO: el mercado debe operar con libertad. Por más grande y simbólica que sea una empresa, si no es viable, debe desaparecer o ser adquirida por un rival más fuerte y eficiente para maximizar el uso de los recursos nacionales. Un buen ejemplo son las aeorlíneas nacionales; que durante décadas han sido una fuente inagotable de pérdidas. Además de perder toneladas de dinero manteniéndolas a flote mediante subsidios, los gobiernos suelen apoyarlas limitando la competencia, lo cual implica mayores costos para los usuarios (los únicos beneficiados suelen ser sus administradores políticamente bien conectados y los sindicatos).
Sin embargo.....considero que en algunos casos sí se justifica la intervención gubernamental. En concreto:
1) Cuando el cierre de una empresa implica la pérdida de conocimientos y capacidades tecnológicas importantes. Si la empresa en cuestión es el único fabricante nacinal de algún producto sofisticado, su quiebra o venta puede llevar a que en ese país cese su producción, lo cual implica que todo el conocimiento acumulado para crearlo se puede perder para siempre. A su vez, esto limita la diversificación industrial del país, así como su capacidad para innovar en ese ramo. Por ejemplo, aunque quisiera, sería casi imposible que una empresa mexicana fabricara aviones debido a que en el país nadie tiene experiencia haciendo eso.
Obviamente, en casos donde no hay riesgo de pérdidas de ese tipo, ya sea porque se trata de una empresa que no produce algo único o se trata de una actividad de baja tecnología (p.e. textiles), no hay por qué intervenir.
2) Cuando por el tamaño de una empresa o sector las consecuencias de una quiebra causarían serios problemas al país. El caso más evidente es la banca: todos los países civilizados garantizan hasta cierto punto los depósitos porque de lo contrario los pánicos bancarios tienen consecuencias apocalípticas (buscar en Depresión, Gran). Uno se puede preguntar si no sería mejor dejar que el mercado se encargue en estos casos (es decir, por qué intervenir con empresas grandes y no con medianas). Los escándalos corporativos recientes han demostrado que no es fácil, por toda clase de factores, detectar una mala gestión del equipo administrativo o removerla una vez que se presentan los problemas. En estos casos, la solución del mercado es....la quiebra (con todo lo que eso implica). En ese sentido, el gobierno puede jugar un papel importante gestionando cambios antes de llegar a esos extremos.
Es importante destacar que toda intervención estatal debe ser temporal, preferiblemente no renovable, transparente y debe atacar las causas del problema.
Ahora resulta que, como siempre, Francia defiende con fervor una mayor integración europea....pero sólo si la beneficia directamente. Al parecer, los alemanes están furiosos por dos casos recientes (ver esta nota).
En primer lugar, el gobierno francés impidió que Novartis, una empresa suiza-alemana, adquiriera a Aventis, una firma franco-alemana. En cambio, arreglaron que Aventis se fusionara con un laboratorio francés, Sanofi. En segundo lugar, está el caso de Alstom, un conglomerado industrial francés que enfrenta serios problemas financieros. Una solución, que Siemens, una empresa alemana muy exitosa del mismo giro, adquiriera a Alstom (totalmente o en partes), fue desechada a favor de un apoyo económico directo del gobierno francés.
Más allá de este punto, vale preguntar si los gobiernos deberían intervenir el ámbito corporativo para mantener en manos nacionales a empresas con serios problemas financieros.
La respuesta que ofrece la economía clásica es, por supuesto, NO: el mercado debe operar con libertad. Por más grande y simbólica que sea una empresa, si no es viable, debe desaparecer o ser adquirida por un rival más fuerte y eficiente para maximizar el uso de los recursos nacionales. Un buen ejemplo son las aeorlíneas nacionales; que durante décadas han sido una fuente inagotable de pérdidas. Además de perder toneladas de dinero manteniéndolas a flote mediante subsidios, los gobiernos suelen apoyarlas limitando la competencia, lo cual implica mayores costos para los usuarios (los únicos beneficiados suelen ser sus administradores políticamente bien conectados y los sindicatos).
Sin embargo.....considero que en algunos casos sí se justifica la intervención gubernamental. En concreto:
1) Cuando el cierre de una empresa implica la pérdida de conocimientos y capacidades tecnológicas importantes. Si la empresa en cuestión es el único fabricante nacinal de algún producto sofisticado, su quiebra o venta puede llevar a que en ese país cese su producción, lo cual implica que todo el conocimiento acumulado para crearlo se puede perder para siempre. A su vez, esto limita la diversificación industrial del país, así como su capacidad para innovar en ese ramo. Por ejemplo, aunque quisiera, sería casi imposible que una empresa mexicana fabricara aviones debido a que en el país nadie tiene experiencia haciendo eso.
Obviamente, en casos donde no hay riesgo de pérdidas de ese tipo, ya sea porque se trata de una empresa que no produce algo único o se trata de una actividad de baja tecnología (p.e. textiles), no hay por qué intervenir.
2) Cuando por el tamaño de una empresa o sector las consecuencias de una quiebra causarían serios problemas al país. El caso más evidente es la banca: todos los países civilizados garantizan hasta cierto punto los depósitos porque de lo contrario los pánicos bancarios tienen consecuencias apocalípticas (buscar en Depresión, Gran). Uno se puede preguntar si no sería mejor dejar que el mercado se encargue en estos casos (es decir, por qué intervenir con empresas grandes y no con medianas). Los escándalos corporativos recientes han demostrado que no es fácil, por toda clase de factores, detectar una mala gestión del equipo administrativo o removerla una vez que se presentan los problemas. En estos casos, la solución del mercado es....la quiebra (con todo lo que eso implica). En ese sentido, el gobierno puede jugar un papel importante gestionando cambios antes de llegar a esos extremos.
Es importante destacar que toda intervención estatal debe ser temporal, preferiblemente no renovable, transparente y debe atacar las causas del problema.
Pedro Aspe
En efecto, el ex Secretario de Hacienda de Carlos Salinas fue recibido con carpeta roja por la prensa cuando ayer presentó una serie de recomendaciones para reactivar a la economía mexicana. Según él, la mayoría no requieren aprobación del Congreso, por lo cual podrían ponerse en marcha sin muchos problemas.
Poco aporta el arquitecto del programa de estabilización que ayudó al país a superar la crisis de los años ochenta, pero cuyas políticas sentaron las bases para la dura crisis de 1995.
Algunas de sus recomendaciones (adoptar estándares contables internacionales, eliminar áreas redundantes en la administración pública, crear un buen sistema de justicia) son útiles en sí mismas, pero muy obvias.
También recomendó reducir el gasto corriente (es decir, el gasto no destinado a la inversión) del gobierno. Yo opino que esto podría ser ser incluso contraproducentes. El problema real con el gasto estatal no es su nivel (modesto), sino su productividad: recibimos poco por lo que pagamos. En ese sentido, elevar la productividad del gobierno en áreas como seguridad y educación más bien requiere reformas laborales (que pasan por el Congreso) que permitan reducir el poder de los grandes sindicatos, aunque sin duda las propias autoridades pueden hacer mucho más.
Otra propuesta es alinear los precios domésticos de la energía a los niveles internacionales. Aquí el problema es que (con la reciente excepción de la gasolina), son demasiado altos, sobre todo en el caso del gas natural. Pero tal como he señalado, el problema del gas natural en general es que no hay un mercado mundial. México está atado a la red norteamericana de gas (el gas en Europa es, por ejemplo, mucho más barato) y no hay mucho que hacer al respecto. Sin duda, una reforma energética es vital (algo ya planteado), pero parece imposible que el Congreso la apruebe.
Por último, me llamó la atención que propone crear un programa para elevar la productividad del cultivo el país, el principal producto agrícola del país. Suena bien, pero los problemas de fondo del agro mexicano (propiedad colectiva de la tierra, falta de crédito, bajo capital humano, etc.) requieren otra clase de soluciones.
En fin, no vale la pena dedicarle más espacio a propuestas que parecen poco originales. Lo que es más interesante es el propio personaje.
Aspe fue y, en cierta medida, sigue siendo adorado por muchas personalidades del mundo empresarial y financiero. Sin duda, muchas medidas adoptadas durante su gestión (reestructuración de la deuda externa, disciplina fiscal, reformas administrativas en el fisco y aduanas, impulso a la privatización, etc.) fueron correctas. Muchos señalan que los grandes errores en política económica que llevaron a la crisis de 1995 (endeudamiento excesivo a corto plazo en dólares, una política cambiaria inadecuada, crecimiento excesivo del crédito bancario, etc.) no se le pueden atribuir a Aspe, sino a las órdenes de su jefe (Salinas).
Quizá sea cierto, quizá no (en todo caso, si fue cierto, le faltaron cojones para renunciar). Pero Aspe fue directamente responsable de enormes y costosos errores: 1) dejó la banca comercial en manos de pillos y los dejó hacer lo que quisieran; 2)otras privatizaciones, como la de Telmex, se llevaron a cabo bajo bases incorrectas (dejó a esa empresa con un monopolio); 3) no logró un aumento significativo en la recaudación fiscal ni atacó los problemas estructurales de las finanzas públicas, entre otras.
En ese sentido, considero que el juicio que hizo la sociedad de su gestión --mayoritariamente negativo--es muy justo.
Poco aporta el arquitecto del programa de estabilización que ayudó al país a superar la crisis de los años ochenta, pero cuyas políticas sentaron las bases para la dura crisis de 1995.
Algunas de sus recomendaciones (adoptar estándares contables internacionales, eliminar áreas redundantes en la administración pública, crear un buen sistema de justicia) son útiles en sí mismas, pero muy obvias.
También recomendó reducir el gasto corriente (es decir, el gasto no destinado a la inversión) del gobierno. Yo opino que esto podría ser ser incluso contraproducentes. El problema real con el gasto estatal no es su nivel (modesto), sino su productividad: recibimos poco por lo que pagamos. En ese sentido, elevar la productividad del gobierno en áreas como seguridad y educación más bien requiere reformas laborales (que pasan por el Congreso) que permitan reducir el poder de los grandes sindicatos, aunque sin duda las propias autoridades pueden hacer mucho más.
Otra propuesta es alinear los precios domésticos de la energía a los niveles internacionales. Aquí el problema es que (con la reciente excepción de la gasolina), son demasiado altos, sobre todo en el caso del gas natural. Pero tal como he señalado, el problema del gas natural en general es que no hay un mercado mundial. México está atado a la red norteamericana de gas (el gas en Europa es, por ejemplo, mucho más barato) y no hay mucho que hacer al respecto. Sin duda, una reforma energética es vital (algo ya planteado), pero parece imposible que el Congreso la apruebe.
Por último, me llamó la atención que propone crear un programa para elevar la productividad del cultivo el país, el principal producto agrícola del país. Suena bien, pero los problemas de fondo del agro mexicano (propiedad colectiva de la tierra, falta de crédito, bajo capital humano, etc.) requieren otra clase de soluciones.
En fin, no vale la pena dedicarle más espacio a propuestas que parecen poco originales. Lo que es más interesante es el propio personaje.
Aspe fue y, en cierta medida, sigue siendo adorado por muchas personalidades del mundo empresarial y financiero. Sin duda, muchas medidas adoptadas durante su gestión (reestructuración de la deuda externa, disciplina fiscal, reformas administrativas en el fisco y aduanas, impulso a la privatización, etc.) fueron correctas. Muchos señalan que los grandes errores en política económica que llevaron a la crisis de 1995 (endeudamiento excesivo a corto plazo en dólares, una política cambiaria inadecuada, crecimiento excesivo del crédito bancario, etc.) no se le pueden atribuir a Aspe, sino a las órdenes de su jefe (Salinas).
Quizá sea cierto, quizá no (en todo caso, si fue cierto, le faltaron cojones para renunciar). Pero Aspe fue directamente responsable de enormes y costosos errores: 1) dejó la banca comercial en manos de pillos y los dejó hacer lo que quisieran; 2)otras privatizaciones, como la de Telmex, se llevaron a cabo bajo bases incorrectas (dejó a esa empresa con un monopolio); 3) no logró un aumento significativo en la recaudación fiscal ni atacó los problemas estructurales de las finanzas públicas, entre otras.
En ese sentido, considero que el juicio que hizo la sociedad de su gestión --mayoritariamente negativo--es muy justo.
miércoles, mayo 26, 2004
Sexo, dinero y felicidad
¿¡Quién dice que la investigación académica siempre es aburrida!? Por ejemplo, hoy encontré este artículo de David Blanchflower y Andrew Oswald (cuyo trabajo ya he destacado previamente)que investiga la relación entre la felicidad y la actividad sexual, que también toma en cuenta otros factores, como el ingreso, la edad, etc.
Es un estudio con serias limitaciones metodológicas impuestas por la naturaleza de la encuesta estadounidense en que está basado(es difícil determinar la causalidad de ciertas relaciones), pero sus principales conclusiones son:
1. La muy obvia: La cantidad de actividad sexual (que en este caso excluye la variedad solitaria) está positiva y significativamente relacionada con la felicidad. Esto aplica a ambos sexos, a todos los grupos de edad y a las diversas orientaciones sexuales.
2. La obvia: El ingreso de una persona también está positivamente relacionada con la felicidad.
3. La sorprendente: Contradiciendo todo lo que la televisión nos ha enseñado, el ingreso no muestra una relación estadística significativa con la actividad sexual. Es decir, el dinero no compra más sexo (o un mayor número de parejas sexuales según el estudio).
4. La curiosa: El nivel de actividad sexual tiene un impacto mayor en la felicidad de las personas con una escolaridad más alta que en las de menor escolaridad. Por mi lado, debo confesar que si bien sabía que estudiar sería muy útil, nunca me imaginé que el mayor beneficio llegaría por este canal.
5. La variedad no es mejor: Aparentemente, el número óptimo de parejas sexuales para maximizar la felicidad es....una. Esto probablemente tiene que ver con un hecho (que ya había notado en alguna otra parte) que las parejas casadas tienen un nivel mucho mayor de actividad sexual que los solteros.
En fin. Quienes quieran conocer más detalles sobre la vida sexual de los estadounidenses, lean el artículo original, el cual no es demasiado técnico y está repleto de datos.
Es un estudio con serias limitaciones metodológicas impuestas por la naturaleza de la encuesta estadounidense en que está basado(es difícil determinar la causalidad de ciertas relaciones), pero sus principales conclusiones son:
1. La muy obvia: La cantidad de actividad sexual (que en este caso excluye la variedad solitaria) está positiva y significativamente relacionada con la felicidad. Esto aplica a ambos sexos, a todos los grupos de edad y a las diversas orientaciones sexuales.
2. La obvia: El ingreso de una persona también está positivamente relacionada con la felicidad.
3. La sorprendente: Contradiciendo todo lo que la televisión nos ha enseñado, el ingreso no muestra una relación estadística significativa con la actividad sexual. Es decir, el dinero no compra más sexo (o un mayor número de parejas sexuales según el estudio).
4. La curiosa: El nivel de actividad sexual tiene un impacto mayor en la felicidad de las personas con una escolaridad más alta que en las de menor escolaridad. Por mi lado, debo confesar que si bien sabía que estudiar sería muy útil, nunca me imaginé que el mayor beneficio llegaría por este canal.
5. La variedad no es mejor: Aparentemente, el número óptimo de parejas sexuales para maximizar la felicidad es....una. Esto probablemente tiene que ver con un hecho (que ya había notado en alguna otra parte) que las parejas casadas tienen un nivel mucho mayor de actividad sexual que los solteros.
En fin. Quienes quieran conocer más detalles sobre la vida sexual de los estadounidenses, lean el artículo original, el cual no es demasiado técnico y está repleto de datos.
martes, mayo 25, 2004
El altruismo de los emprendedores
Si se puede decir que el capitalismo tiene héroes, sin duda serían los emprendedores. Algunos, como la novelista Ayn Rand, toman la perspectiva moral: los consideran heroicos por seguir una visión netamente individualista que desafía a la presión social de tomar la vía segura y conformista. Otros se enfocan en el aspecto práctico: los economistas schumpeterianos consideran que son la fuerza vital de la economía, ya que son los responsables de las grandes innovaciones que permiten el crecimiento.
Sin duda, hay mucho de cierto en esto. Pero lo más curioso es que la sociedad en general se beneficia mucho más de su esfuerzo que los propios emprendedores, aunque esa no sea su principal intención o motivación. Esta es la conclusión obvia de este estudio, que busca cuantificar los retornos y los riesgos de las actividades emprendedoras en Estados Unidos.
En esencia, los autores llegaron a la conclusión que históricamente los retornos en negocios propios son muy similares a los que una persona hubiera obtenido invirtiendo en un promedio amplio acciones de empresas que cotizan en la bolsa (de 1952 a 1999, un 13% anual).
La diferencia entre ambas opciones es que el riesgo de un negocio propio es mucho mayor. Si bien los precios de las acciones fluctúan mucho año con año, en el largo plazo ?invirtiendo y manteniéndolas diez años o más?hay una probabilidad superior al 90% de salir ganando. En cambio, diversos estudios han encontrado que sólo el 34% de las empresas nuevas sobreviven 10 años. El 66% restante cierra, generalmente con importantes pérdidas.
Ante estos números, ¿por qué tantas personas persisten en iniciar la aventura de poner una empresa propia? Los autores no ofrecen una respuesta concreta, pero especulan que muchos asignan un valor alto a los beneficios personales (libertad, ausencia de jefes, etc.), otros no resisten el potencial de altas ganancias, aunque la probabilidad de obtenerlas sea baja (la lógica de la lotería), mientras que algunos simplemente subestiman los riesgos.
La sociedad con toda justicia concede un alto grado de estima a los emprendedores, ya que son fuente primordial de la innovación que tanto a mejorado nuestras vidas. Esos beneficios que crean hacen que el costo del capital y trabajo desperdiciado en negocios que fracasan sea tolerable.
Aunque eso es indiscutible, es importante minimizar esos costos. A escala global, ayuda mucho contar con un sistema financiero profundo y competitivo, así como un marco legal y de regulaciones que favorezca a la pequeña empresa. Pero tampoco se puede negar que quienes inician un nuevo negocio
Sin duda, hay mucho de cierto en esto. Pero lo más curioso es que la sociedad en general se beneficia mucho más de su esfuerzo que los propios emprendedores, aunque esa no sea su principal intención o motivación. Esta es la conclusión obvia de este estudio, que busca cuantificar los retornos y los riesgos de las actividades emprendedoras en Estados Unidos.
En esencia, los autores llegaron a la conclusión que históricamente los retornos en negocios propios son muy similares a los que una persona hubiera obtenido invirtiendo en un promedio amplio acciones de empresas que cotizan en la bolsa (de 1952 a 1999, un 13% anual).
La diferencia entre ambas opciones es que el riesgo de un negocio propio es mucho mayor. Si bien los precios de las acciones fluctúan mucho año con año, en el largo plazo ?invirtiendo y manteniéndolas diez años o más?hay una probabilidad superior al 90% de salir ganando. En cambio, diversos estudios han encontrado que sólo el 34% de las empresas nuevas sobreviven 10 años. El 66% restante cierra, generalmente con importantes pérdidas.
Ante estos números, ¿por qué tantas personas persisten en iniciar la aventura de poner una empresa propia? Los autores no ofrecen una respuesta concreta, pero especulan que muchos asignan un valor alto a los beneficios personales (libertad, ausencia de jefes, etc.), otros no resisten el potencial de altas ganancias, aunque la probabilidad de obtenerlas sea baja (la lógica de la lotería), mientras que algunos simplemente subestiman los riesgos.
La sociedad con toda justicia concede un alto grado de estima a los emprendedores, ya que son fuente primordial de la innovación que tanto a mejorado nuestras vidas. Esos beneficios que crean hacen que el costo del capital y trabajo desperdiciado en negocios que fracasan sea tolerable.
Aunque eso es indiscutible, es importante minimizar esos costos. A escala global, ayuda mucho contar con un sistema financiero profundo y competitivo, así como un marco legal y de regulaciones que favorezca a la pequeña empresa. Pero tampoco se puede negar que quienes inician un nuevo negocio
Una mirada a la bolsa
Hoy salió en El Financiero una nota que escribí sobre el desempeño sectorial de la bolsa mexicana. Algunas consideraciones:
1. Los mercados emergentes con mayor nivel de endeudamiento (Brasil, Argentina, Turquía) han caído como plomo en las últimas semanas.
A mediano plazo, el caso de Brasil me preocupa: no han encontrado la fórmula para salir de su trampa de deuda. Hay dos opciones. 1)Encontrar la forma de crecer mucho más rápdio (más de 5% anual), lo cual implica generar un choque de confianza positivo para elevar el ahorro y la inversión 2) Reducir dramáticamente el gasto del gobierno, que se ubica arriba del 30% del PIB. Francamente, no veo la voluntad o capacidad para llevar a cabo una u otra, lo cual implica que en cuestión de meses o un par de años como máximo, Brasil podría enfrentar otra crisis de confianza, como la del 2002 y nada garantiza que puedan salir adelante. En México, el nivel de deuda es más bajo y ésta está mucho mejor estructurada, pero sin un mayor crecimiento, a la larga estaremos en las mismas.
2. La (in)sensibilidad a las tasas. Ante el alza observada y esperada en las tasas estadounidenses, los sectores más afectados por las tasas, como la construcción y los bancos, han sido los más afectados en las bolsas neoyorquinas. Pero en México sucede lo contrario debido al bajo nivel de crédito formal. Nada nuevo, pero es una señal que Banco de México sólo puede controlar la inflación mediante el tipo de cambio (vía variaciones en las tasas de interés) y no regulando el ritmo de la actividad económica, como sucede en los países avanzados. A la larga, esto no es bueno: la misma dinámica impredecible de los mercados financieros y cambiarios implica que la política monetaria puede crear mucha volatilidad. En particular, me hace pensar que el peso presentará una buena apreciación nominal en los próximos meses. Ya veremos...
1. Los mercados emergentes con mayor nivel de endeudamiento (Brasil, Argentina, Turquía) han caído como plomo en las últimas semanas.
A mediano plazo, el caso de Brasil me preocupa: no han encontrado la fórmula para salir de su trampa de deuda. Hay dos opciones. 1)Encontrar la forma de crecer mucho más rápdio (más de 5% anual), lo cual implica generar un choque de confianza positivo para elevar el ahorro y la inversión 2) Reducir dramáticamente el gasto del gobierno, que se ubica arriba del 30% del PIB. Francamente, no veo la voluntad o capacidad para llevar a cabo una u otra, lo cual implica que en cuestión de meses o un par de años como máximo, Brasil podría enfrentar otra crisis de confianza, como la del 2002 y nada garantiza que puedan salir adelante. En México, el nivel de deuda es más bajo y ésta está mucho mejor estructurada, pero sin un mayor crecimiento, a la larga estaremos en las mismas.
2. La (in)sensibilidad a las tasas. Ante el alza observada y esperada en las tasas estadounidenses, los sectores más afectados por las tasas, como la construcción y los bancos, han sido los más afectados en las bolsas neoyorquinas. Pero en México sucede lo contrario debido al bajo nivel de crédito formal. Nada nuevo, pero es una señal que Banco de México sólo puede controlar la inflación mediante el tipo de cambio (vía variaciones en las tasas de interés) y no regulando el ritmo de la actividad económica, como sucede en los países avanzados. A la larga, esto no es bueno: la misma dinámica impredecible de los mercados financieros y cambiarios implica que la política monetaria puede crear mucha volatilidad. En particular, me hace pensar que el peso presentará una buena apreciación nominal en los próximos meses. Ya veremos...
jueves, mayo 20, 2004
De campesinos y periodistas: ¿Cuál es más miserable?
Me incluyo entre aquellos acusan a la prensa de torturar a la información para que confiese notas llamativas. Esto sucede todo el tiempo en temas de política y entretenimiento, que se prestan a estas prácticas. Pero nada está a salvo.
Tomemos esta nota de Reforma (se requiere suscripción), que habla sobre los rezagos en el campo mexicano. Es un caso surrealista, porque si bien busca destacar el bajo nivel de ingreso en el campo, la información que presenta contradice (erróneamente) su mismo punto central.
Es un hecho que el nivel de ingreso y productividad del campo mexicano es bajo (este tema lo he tratado aquí y aquí). En concreto, la productividad laboral en el sector agropecuario llega a tan sólo el 22% del nivel promedio de la economía, lo cual explica por qué la pobreza más terrible se concentra en el medio rural.
Regresando a la nota de Reforma, ésta afirma, con base en información del Banco Mundial (no disponible sin pagar), que:
?La productividad del campo mexicano, medida por el PIB agrícola per cápita, es de las más bajas del mundo, al generar apenas mil 11 dólares por habitante rural en promedio al año, mientras EU tiene la mayor rendimiento, con 3 mil 273 dólares por persona...?
En primer lugar, ¿cómo que entre las más bajas del mundo? Sí, es baja en comparación con los países ricos, pero es mucho mayor a la observada en buena parte de África y Asia. Pero eso es lo de menos. La variable que usan para comparar es el valor del PIB agropecuario por habitante rural. Esto no tiene alguno, ya que la definición de qué es ?rural? varía enormemente de país en país.
Por ejemplo, en el artículo se menciona que el 25% de la población mexicana es rural y el porcentaje en Estados Unidos es de 22%. Pero esto es comparar peras con manzanas: en México, ese 25% trabaja en su mayoría en actividades agrarias, mientas que el 22% estadounidense son residentes de suburbios que se dedican a todo menos al campo (de hecho, sólo el 3% de la fuerza laboral estadounidense se dedica a la agricultura).
Esto lleva a un resultado absurdo: en términos relativos, el artículo indica que los campesinos mexicanos tienen un nivel de productividad mucho mayor al real. Veamos.
Según el mismo Banco Mundial (ver aquí), el PNB por habitante (2001) de Estados Unidos era de 34,280 dólares (ajustando por poder de compra), mientras que el de México se ubicó en 8,240 dólares, cuatro veces inferior al del vecino. Ahora bien, las cifras de la nota de Reforma indican que el PIB agropecuario por habitante rural en EUA es sólo 3 veces mayor al nivel observado en México.
Conclusión: ¡¡¡los campesinos mexicanos tienen un nivel de productividad/ingreso superior al promedio nacional!!! Desafortunadamente, este milagro estadístico de multiplicación de los ingresos no tiene nada que ver con la realidad.
De hecho, si se hiciera correctamente la comparación, tomando al PIB agrícola por trabajador agrícola, la diferencia entre el nivel de EUA y el de México sería incluso mayor a la diferencia promedio (aprox. 20 veces contra 4 veces), ya que la productividad laboral agrícola en el país vecino se ubica cerca del promedio.
Tomemos esta nota de Reforma (se requiere suscripción), que habla sobre los rezagos en el campo mexicano. Es un caso surrealista, porque si bien busca destacar el bajo nivel de ingreso en el campo, la información que presenta contradice (erróneamente) su mismo punto central.
Es un hecho que el nivel de ingreso y productividad del campo mexicano es bajo (este tema lo he tratado aquí y aquí). En concreto, la productividad laboral en el sector agropecuario llega a tan sólo el 22% del nivel promedio de la economía, lo cual explica por qué la pobreza más terrible se concentra en el medio rural.
Regresando a la nota de Reforma, ésta afirma, con base en información del Banco Mundial (no disponible sin pagar), que:
?La productividad del campo mexicano, medida por el PIB agrícola per cápita, es de las más bajas del mundo, al generar apenas mil 11 dólares por habitante rural en promedio al año, mientras EU tiene la mayor rendimiento, con 3 mil 273 dólares por persona...?
En primer lugar, ¿cómo que entre las más bajas del mundo? Sí, es baja en comparación con los países ricos, pero es mucho mayor a la observada en buena parte de África y Asia. Pero eso es lo de menos. La variable que usan para comparar es el valor del PIB agropecuario por habitante rural. Esto no tiene alguno, ya que la definición de qué es ?rural? varía enormemente de país en país.
Por ejemplo, en el artículo se menciona que el 25% de la población mexicana es rural y el porcentaje en Estados Unidos es de 22%. Pero esto es comparar peras con manzanas: en México, ese 25% trabaja en su mayoría en actividades agrarias, mientas que el 22% estadounidense son residentes de suburbios que se dedican a todo menos al campo (de hecho, sólo el 3% de la fuerza laboral estadounidense se dedica a la agricultura).
Esto lleva a un resultado absurdo: en términos relativos, el artículo indica que los campesinos mexicanos tienen un nivel de productividad mucho mayor al real. Veamos.
Según el mismo Banco Mundial (ver aquí), el PNB por habitante (2001) de Estados Unidos era de 34,280 dólares (ajustando por poder de compra), mientras que el de México se ubicó en 8,240 dólares, cuatro veces inferior al del vecino. Ahora bien, las cifras de la nota de Reforma indican que el PIB agropecuario por habitante rural en EUA es sólo 3 veces mayor al nivel observado en México.
Conclusión: ¡¡¡los campesinos mexicanos tienen un nivel de productividad/ingreso superior al promedio nacional!!! Desafortunadamente, este milagro estadístico de multiplicación de los ingresos no tiene nada que ver con la realidad.
De hecho, si se hiciera correctamente la comparación, tomando al PIB agrícola por trabajador agrícola, la diferencia entre el nivel de EUA y el de México sería incluso mayor a la diferencia promedio (aprox. 20 veces contra 4 veces), ya que la productividad laboral agrícola en el país vecino se ubica cerca del promedio.
Más sobre la profecía automotriz
Ayer (ver entrada previa) comenté que el alza simultanea en los precios de la gasolina y en las tasas de interés representa una grave amenaza para las tres grandes empresas automotrices de Estados Unidos, cuya salud financiera es precaria. Hoy, el Washington Post aporta información que empieza a confirmar esta predicción. Los párrafos clave:
Es cierto que el buen desempeño económico en materia de empleos e ingreso mantendrá a flote a las ventas de vehículos como un todo, pero esto no significa que el cambio en el precio de la energía no afectará la mezcla de ventas. Además, mi impresión es que los estadounidenses todavía no se han dado cuenta que todo apunta a que los precios del petróleo se mantendrán altos durante años (esto lo indican los futuros de crudo). Cuando asimilen esto, mi impresión es que habrá un cambio significativo en las preferencias, que beneficiará sobre todo a los fabricantes asiáticos.
"Sales of truck-based SUVs fell in April, and sales of small cars went up. Automakers rushed to the aid of SUVs, which is where they earn most of their profit, lowering base prices and offering more incentives than on any other type of vehicle. At the same time, they raised prices on small cars.
"Gas prices seem to be the most likely reason why. . . . As long as they stay around where they are or higher, there is going to be some shifting of the market," said Jesse Toprak, director of pricing and market analysis for Edmunds.com. That's bad news for domestic automakers, who are "especially vulnerable because they make most of their profits from large SUVs and large trucks, and if demand softens, it's going to hurt their bottom lines for sure," he said.
No one is pronouncing the death of the SUV, and car companies insist they are not worried about long-term fallout from higher gas prices. "I think folks have their blinders on when they are just looking at gas prices because the much more important factor . . . is the overall economic environment," said George Pipas, U.S. sales analyst for Ford Motor Co. Inflation, interest rates and unemployment are so low, he said, that "we don't expect to see a substantial shift in sales mix" despite the bigger bite at the fuel pump. "
Es cierto que el buen desempeño económico en materia de empleos e ingreso mantendrá a flote a las ventas de vehículos como un todo, pero esto no significa que el cambio en el precio de la energía no afectará la mezcla de ventas. Además, mi impresión es que los estadounidenses todavía no se han dado cuenta que todo apunta a que los precios del petróleo se mantendrán altos durante años (esto lo indican los futuros de crudo). Cuando asimilen esto, mi impresión es que habrá un cambio significativo en las preferencias, que beneficiará sobre todo a los fabricantes asiáticos.
miércoles, mayo 19, 2004
La caída de la casa de los Ford y la profecía de La Boveda
Los economistas sabemos mejor que nadie que hacer predicciones es peligroso, particularmente cuando se refieren al futuro. Sin embargo, esta nota movió mi fibra profética.
Al parecer, General Motors y Ford están ofreciendo fuertes incentivos para vender sus grandes camionetas y camiones ligeros. Esto es lógico considerando que son vehículos que consumen mucho combustible (por grandes y poco rendidores)y que los precios de la gasolina han subido mucho recientemente (sin muchas perspectivas de bajar).
Esta tendencia es mucho más trascendente de lo que parece a primera vista. Hay que recordar que los vehículos pesados de pasajeros ahora representan el 60% de las ventas en Estados Unidos y son el único segmento que ha crecido en años recientes. Hasta ahora, ha sido dominado por los fabricantes estadounidenses (General Motors, Ford y Chrysler) y son los únicos vehículos que generan utilidades para estas firmas.
En ese sentido, si el alza en el costo de la gasolina deprime las ventas de esos vehículos, las armadoras estadounidenses serán afectadas de forma particularmente severa. A esto hay que añadir que los fabricantes japoneses han ganado terreno en este nicho (en autos normales tienen un dominio abrumador) y es probable que su participación de mercado en vehículos pesados suba, ya que suelen producir autos más eficientes en términos del consumo de gasolina.
Pero esto no es todo. Las armadoras estadounidenses pierden dinero fabricando y vendiendo vehículos. Lo que las mantiene a flote son las utilidades de sus filiales financieras. Pero con el alza en las tasas de interés, esta fuente de ingreso podría secarse en parte.
Sumando 1 y 1, sólo puedo concluir que General Motors, Ford y/o Chrysler podrían enfrentar serios problemas financieros a fines de este año. Qué tan severos, no sé, pero hay que recordar que tanto GM y Chrysler han estado al borde de la quiebra en años recientes.
Pronto retomaré este tema......
Al parecer, General Motors y Ford están ofreciendo fuertes incentivos para vender sus grandes camionetas y camiones ligeros. Esto es lógico considerando que son vehículos que consumen mucho combustible (por grandes y poco rendidores)y que los precios de la gasolina han subido mucho recientemente (sin muchas perspectivas de bajar).
Esta tendencia es mucho más trascendente de lo que parece a primera vista. Hay que recordar que los vehículos pesados de pasajeros ahora representan el 60% de las ventas en Estados Unidos y son el único segmento que ha crecido en años recientes. Hasta ahora, ha sido dominado por los fabricantes estadounidenses (General Motors, Ford y Chrysler) y son los únicos vehículos que generan utilidades para estas firmas.
En ese sentido, si el alza en el costo de la gasolina deprime las ventas de esos vehículos, las armadoras estadounidenses serán afectadas de forma particularmente severa. A esto hay que añadir que los fabricantes japoneses han ganado terreno en este nicho (en autos normales tienen un dominio abrumador) y es probable que su participación de mercado en vehículos pesados suba, ya que suelen producir autos más eficientes en términos del consumo de gasolina.
Pero esto no es todo. Las armadoras estadounidenses pierden dinero fabricando y vendiendo vehículos. Lo que las mantiene a flote son las utilidades de sus filiales financieras. Pero con el alza en las tasas de interés, esta fuente de ingreso podría secarse en parte.
Sumando 1 y 1, sólo puedo concluir que General Motors, Ford y/o Chrysler podrían enfrentar serios problemas financieros a fines de este año. Qué tan severos, no sé, pero hay que recordar que tanto GM y Chrysler han estado al borde de la quiebra en años recientes.
Pronto retomaré este tema......
martes, mayo 18, 2004
Las virtudes de estar aproximadamente acertado (PIB en México)
Afortunadamente, los analistas pecaron de pesimistas. En el primer trimestre, la economía mexicana creció a un ritmo real anualizado de 5.4% (ajustado por factores estacionales) y 3.7% con relación al primer trimestre del 2003. Bajo esta última óptica, los analistas esperaban un alza de 3.1%.
Según lo que he visto, la discrepancia obedece a que la contrucción y las manufacturas crecieron a un ritmo mayor al esperado, en el primer caso por el buen desempeño de las exportaciones. En todo caso, todos los sectores tuvieron un buen crecimiento, ya que la demanda interna se mantiene con un buen ritmo de expansión.
Esto me lleva una reflexión. Los pronósticos de los analistas (casi todos trabajan en grandes instituciones financieras) suelen basarse en modelos estadísticos de diversos grados de sofisticación. Éstos son alimentados con datos históricos y algunos supuestos y producen las estimaciones correspondientes. Tengo cierto conocimiento de cómo operan (aunque nunca me he dedicado a eso) y les diré que no es nada fácil especificarlos y mantenerlos.
En esa rutina, es fácil centrarse en los árboles y perder vista del bosque. En particular, en las encuestas de expectativas referentes a este año, el crecimiento en EUA fue revisado constantemente al alza, mientras que el de México consantemente era reducido. Eso lo comenté en este espacio hace mes y medio:
"En el curso de la investigación encontré un dato muy interesante: de junio del 2003 a la fecha, las expectativas de crecimiento para la economía de EUA en el 2004 han sido revisadas constantemente al alza (de 3.3% a 4.6%), pero al mismo tiempo las expectativas para la economía mexicana han sido revisadas constantemente a la baja (de 3.7% a 3.2%). Eso me dice que el crecimiento de nuestra economía resultará más alto del esperado."
Como dijo Keynes, es mejor estar aproximadamente acertado que precisamente equivocado. Es claro que los sofisticados modelos estadísticos sólo arrojan resultados útiles cuando están bien diseñados. Evidentemente, no incorporan bien todos los vínculos de la economía nacional con el exterior. En ese sentido, es mejor analizar a la economía con un marco sencillo, centrado en las variables importantes y, lo más importante, que sea congruente.
Según lo que he visto, la discrepancia obedece a que la contrucción y las manufacturas crecieron a un ritmo mayor al esperado, en el primer caso por el buen desempeño de las exportaciones. En todo caso, todos los sectores tuvieron un buen crecimiento, ya que la demanda interna se mantiene con un buen ritmo de expansión.
Esto me lleva una reflexión. Los pronósticos de los analistas (casi todos trabajan en grandes instituciones financieras) suelen basarse en modelos estadísticos de diversos grados de sofisticación. Éstos son alimentados con datos históricos y algunos supuestos y producen las estimaciones correspondientes. Tengo cierto conocimiento de cómo operan (aunque nunca me he dedicado a eso) y les diré que no es nada fácil especificarlos y mantenerlos.
En esa rutina, es fácil centrarse en los árboles y perder vista del bosque. En particular, en las encuestas de expectativas referentes a este año, el crecimiento en EUA fue revisado constantemente al alza, mientras que el de México consantemente era reducido. Eso lo comenté en este espacio hace mes y medio:
"En el curso de la investigación encontré un dato muy interesante: de junio del 2003 a la fecha, las expectativas de crecimiento para la economía de EUA en el 2004 han sido revisadas constantemente al alza (de 3.3% a 4.6%), pero al mismo tiempo las expectativas para la economía mexicana han sido revisadas constantemente a la baja (de 3.7% a 3.2%). Eso me dice que el crecimiento de nuestra economía resultará más alto del esperado."
Como dijo Keynes, es mejor estar aproximadamente acertado que precisamente equivocado. Es claro que los sofisticados modelos estadísticos sólo arrojan resultados útiles cuando están bien diseñados. Evidentemente, no incorporan bien todos los vínculos de la economía nacional con el exterior. En ese sentido, es mejor analizar a la economía con un marco sencillo, centrado en las variables importantes y, lo más importante, que sea congruente.
China y los productos primarios
Los precios de casi todos los productos primarios, del aluminio al zinc, han registrado alzas de cerca de 30% en promedio durante los últimos 12 meses. Esto gracias a la fuerte demanda china, que crece a tasas de dos dígitos. No obstante, las autoridades chinas buscan enfriar el excesivo crecimiento económico de ese país (sobre todo el de la inversión, que sube a un ritmo de 40% anual), lo cual ya causo en las últimas semanas bajas importantes en el valor de los commodities (con excepción del petróleo). Todo esto lo analizo en mi más reciente artículo publicado en El Financiero.
De esta revisión me quedan tres conclusiones importantes:
1. El impacto del enfriamiento en China será importante: los precios de los futuros de diversos productos primarios apuntan a una caída en su valor de cerca de 10% para finales del 2004 y una baja similar en el 2005.
2. El nivel actual de los precios de los productos primarios no es particularmente alto; de hecho, con todo y el alza reciente, apenas están cerca del nivel nominal que tenían en 1980, lo cual implica que en términos reales valen aprox. 50% menos.
3. Pase lo que pase en el corto y mediano plazo en China, es muy probable que en el largo plazo su economía siga creciendo a tasas muy elevadas. Dado que su consumo por habitante de productos primarios se ubica entre 10% y 20% del nivel estadounidense en promedio, la demanda de estos productos aumentará considerablemente y no será nada fácil que la oferta le siga el paso.
En otras palabras, suena como una buena oportunidad de compra para inversionistas pacientes que aprovechen entrar durante la baja esperada en los próximos meses.
De esta revisión me quedan tres conclusiones importantes:
1. El impacto del enfriamiento en China será importante: los precios de los futuros de diversos productos primarios apuntan a una caída en su valor de cerca de 10% para finales del 2004 y una baja similar en el 2005.
2. El nivel actual de los precios de los productos primarios no es particularmente alto; de hecho, con todo y el alza reciente, apenas están cerca del nivel nominal que tenían en 1980, lo cual implica que en términos reales valen aprox. 50% menos.
3. Pase lo que pase en el corto y mediano plazo en China, es muy probable que en el largo plazo su economía siga creciendo a tasas muy elevadas. Dado que su consumo por habitante de productos primarios se ubica entre 10% y 20% del nivel estadounidense en promedio, la demanda de estos productos aumentará considerablemente y no será nada fácil que la oferta le siga el paso.
En otras palabras, suena como una buena oportunidad de compra para inversionistas pacientes que aprovechen entrar durante la baja esperada en los próximos meses.
lunes, mayo 17, 2004
Las aguas negras del imperialismo yanqui
Marginal Revolution cita la evidencia de un estudio de opinión (resumido aquí) que concluye que las principales marcas estadounidenses son cada vez menos aceptadas y consumidas en partes de Europa, América Latina y Asia por la mala imagen de ese país generada a partir de su aventura en Irak.
Lo que nunca hay que olvidar es que a veces hay una enorme brecha entre lo dicho y lo hecho. Por ejemplo, el último informe anual de la Coca Cola Company presenta las cifras de ventas, en términos de volumen, en diferentes regiones y países del mundo. Y la ganadaroa fue...la región que abarca Europa, Medio Oriente y "Eurasia" (creo que se refiere a la ex URSS), precisamente la zona más antiyanqui. Ahí, las ventas (en unidades) aumentaron 5% en el 2003, contra las alzas de 2% en América del Norte, 4% en Asia (notando el crecimiento de 16% en China y 22% en India) y 4% en América Latina.
Es más, dentro de esa amplia región, Francia presentó un aumento en ventas de --mon dieu!--6%, mientras que en Eurasia y Medio Oriente subieron 9% (si bien tienen un trabajo sediento, dudo que ese aumento se pueda atribuir al consumo de las tropas estadounidenses).
Lo que nunca hay que olvidar es que a veces hay una enorme brecha entre lo dicho y lo hecho. Por ejemplo, el último informe anual de la Coca Cola Company presenta las cifras de ventas, en términos de volumen, en diferentes regiones y países del mundo. Y la ganadaroa fue...la región que abarca Europa, Medio Oriente y "Eurasia" (creo que se refiere a la ex URSS), precisamente la zona más antiyanqui. Ahí, las ventas (en unidades) aumentaron 5% en el 2003, contra las alzas de 2% en América del Norte, 4% en Asia (notando el crecimiento de 16% en China y 22% en India) y 4% en América Latina.
Es más, dentro de esa amplia región, Francia presentó un aumento en ventas de --mon dieu!--6%, mientras que en Eurasia y Medio Oriente subieron 9% (si bien tienen un trabajo sediento, dudo que ese aumento se pueda atribuir al consumo de las tropas estadounidenses).
viernes, mayo 14, 2004
El curioso caso de la electricidad
La electricidad es el insumo más importante para los métodos modernos de producción y los estilos modernos de vida. En ese sentido, las tendencias en su consumo nos ofrecen un panorama complementario al que nos presentan las estadísticas comunes de producción e ingreso.
Esto viene a mente porque tuve la oportunidad de revisar algunas cifras de consumo de electricidad en México. Ciertamente, ofrecen un contraste interesante al desempeño de la economía, que entre 2000 y 2002 creció apenas 0.5% real en total. En ese lapso, el consumo de electricidad, incluso en la industria --el sector más golpeado por la pasada recesión--aumentó 3.1% en total (y el consumo residencial 8%). Las cifras se pueden obtener aquí.
No debería ser sorprendente. En los países de ingreso medio, el consumo de la electricidad tiende a crecer mucho más que la producción. Entre 1980 y 2002, el consumo en México de electricidad acumuló un alza de 217%, contra un aumentó de 70% en el PIB real. Lo mismo se observa ya sea en Brasil (173% vs 56%), Chile (279% vs 167%), Tailandia (614.5% vs 254%), Turquía (412% vs 135%) o Sudáfrica (119% vs 47%). (Tomé las cifras de la Energy Information Agency y del FMI).
¿Quiere decir esto que la situación en esas naciones es mejor de lo que pintan otras estadísticas? Tomando en cuenta las limitaciones de las estimaciones de ingreso y producción en países con infraestructura limitada, gobiernos no muy eficientes y enormes mercados negros, es posible. Pero también es muy probable que la electricidad sea un insumo cuya demanda crece desproporcionadamente conforme el ingreso aumenta (quizá reflejando el mayor peso de la industria, que suele ser el principal consumidor).
Pero sólo hasta cierto punto. En los países industrializados, el consumo de electricidad suele crecer a la par o incluso a un ritmo menor que el PIB, reflejando tanto el mayor peso de los servicios dentro del PIB como una mayor capacidad de desarrollar y adoptar tecnologías ahorradoras de energía.
Caso curioso: uno de los pocos países emergentes donde el consumo de la electricidad aumentó en menor grado que el PIB fue China (448% vs 639% en el periodo 1980-2002). Lo mismo sucede en muchas naciones de Europa del Este. Quizá sea la mejor muestra de cuán ineficiente era el comunismo: utilizaba enormes cantidades de energía para producir bienes que nadie quería. Con la introducción de la economía de mercado, esas enormes plantas ineficientes fueron cerradas o transformadas. Esta reorientación de recursos a usos productivos es quizá una de las mejores ilustraciones del significado de la frase "destrucción creativa"
Esto viene a mente porque tuve la oportunidad de revisar algunas cifras de consumo de electricidad en México. Ciertamente, ofrecen un contraste interesante al desempeño de la economía, que entre 2000 y 2002 creció apenas 0.5% real en total. En ese lapso, el consumo de electricidad, incluso en la industria --el sector más golpeado por la pasada recesión--aumentó 3.1% en total (y el consumo residencial 8%). Las cifras se pueden obtener aquí.
No debería ser sorprendente. En los países de ingreso medio, el consumo de la electricidad tiende a crecer mucho más que la producción. Entre 1980 y 2002, el consumo en México de electricidad acumuló un alza de 217%, contra un aumentó de 70% en el PIB real. Lo mismo se observa ya sea en Brasil (173% vs 56%), Chile (279% vs 167%), Tailandia (614.5% vs 254%), Turquía (412% vs 135%) o Sudáfrica (119% vs 47%). (Tomé las cifras de la Energy Information Agency y del FMI).
¿Quiere decir esto que la situación en esas naciones es mejor de lo que pintan otras estadísticas? Tomando en cuenta las limitaciones de las estimaciones de ingreso y producción en países con infraestructura limitada, gobiernos no muy eficientes y enormes mercados negros, es posible. Pero también es muy probable que la electricidad sea un insumo cuya demanda crece desproporcionadamente conforme el ingreso aumenta (quizá reflejando el mayor peso de la industria, que suele ser el principal consumidor).
Pero sólo hasta cierto punto. En los países industrializados, el consumo de electricidad suele crecer a la par o incluso a un ritmo menor que el PIB, reflejando tanto el mayor peso de los servicios dentro del PIB como una mayor capacidad de desarrollar y adoptar tecnologías ahorradoras de energía.
Caso curioso: uno de los pocos países emergentes donde el consumo de la electricidad aumentó en menor grado que el PIB fue China (448% vs 639% en el periodo 1980-2002). Lo mismo sucede en muchas naciones de Europa del Este. Quizá sea la mejor muestra de cuán ineficiente era el comunismo: utilizaba enormes cantidades de energía para producir bienes que nadie quería. Con la introducción de la economía de mercado, esas enormes plantas ineficientes fueron cerradas o transformadas. Esta reorientación de recursos a usos productivos es quizá una de las mejores ilustraciones del significado de la frase "destrucción creativa"
miércoles, mayo 12, 2004
Más sobre las pensiones en México
Prometo dejar descansar este tema, que no es precisamente el más "sexy", incluso para los bajos estándares de las finanzas y la economía. Pero antes de hacerlo, aquí encontrarán mi artículo publicado sobre este tema.
martes, mayo 11, 2004
¿Qué diablos está haciendo Banco de México?
El espectro de un alza eventual en las tasas estadounidenses pesa como la Damocles sobre los mercados. México, por supuesto, no está exento. Ante un rebote en la inflación (causado, fundamentalmente, por factores anómalos) y un incremento en los tipos estadounidenses, Banco de México ha decretado una política monetaria más dura. Pero el 27 de abril anunció un endurecimiento fuera de tiempos, que sorprendió a todos.
Esto lo hace mediante el "corto", que básicamente es un mecanismo para limitar el monto de fondos que inyecta al sistema bancario (para ilustrar, si los bancos demandan 100 y Banxico tiene un corto de 20, sólo les ofrece 80 a tasas normales y el resto, si persiste la demanda, a tasas altas). Es una forma de influir en las tasas de interés sin comprometerse a un nivel fijo (como lo hace la Reserva Federal o el BCE). Tiene la ventaja de ser un mecanismo flexible, algo útil en una economía tan volátil como la mexicana, pero a veces no es suficientemente eficaz (al ser indirecto) y se presta a crear confusiones.
Banxico justificó el más reciente aumento en el corto citando una baja en las tasas secundarias (de 5.8% a 5.5%), que se presentó después de que dos días antes, en su reunión regular de política monetaria, mantuvo el "corto" sin cambios. En otras palabras, básicamente está dictando tasas sin querer fijarlas explícitamente. Nadie capta y el mercado de dinero ya no sabe que esperar, lo cual no es bueno cuando de por sí hay mucho nerviosismo ante la inminente alza de tasas en EUA.
Esto lo tomo del interesante análisis que publicó hoy Morgan Stanley sobre este punto.
Esto lo hace mediante el "corto", que básicamente es un mecanismo para limitar el monto de fondos que inyecta al sistema bancario (para ilustrar, si los bancos demandan 100 y Banxico tiene un corto de 20, sólo les ofrece 80 a tasas normales y el resto, si persiste la demanda, a tasas altas). Es una forma de influir en las tasas de interés sin comprometerse a un nivel fijo (como lo hace la Reserva Federal o el BCE). Tiene la ventaja de ser un mecanismo flexible, algo útil en una economía tan volátil como la mexicana, pero a veces no es suficientemente eficaz (al ser indirecto) y se presta a crear confusiones.
Banxico justificó el más reciente aumento en el corto citando una baja en las tasas secundarias (de 5.8% a 5.5%), que se presentó después de que dos días antes, en su reunión regular de política monetaria, mantuvo el "corto" sin cambios. En otras palabras, básicamente está dictando tasas sin querer fijarlas explícitamente. Nadie capta y el mercado de dinero ya no sabe que esperar, lo cual no es bueno cuando de por sí hay mucho nerviosismo ante la inminente alza de tasas en EUA.
Esto lo tomo del interesante análisis que publicó hoy Morgan Stanley sobre este punto.
Pensiones y acciones: el ejemplo chileno
Hace una semana nos enteramos que los fondos de pensiones mexicanos, que operan en el esquema de aportaciones obligatorias, podrán (por fin) invertir en acciones a fines de este año. Claro, de forma indirecta, limitada y sólo en títulos de grandes empresas.
Aunque el esquema no me gusta y el momento elegido para implementarlo menos, es un paso importante. A final de cuentas, el mercado mexicano requiere, a como de lugar, una mayor base de inversionistas institucionales para tener niveles adecuados de liquidez y profunidad. De lo contrario, caerá en la irrelevancia, algo que lastimaría al país.
En ese sentido, Chile ofrece un ejemplo importante. Hace casi 20 años permitió que los fondos de pensiones del sistema obligatorio invirtieran en acciones. Actualmente, la renta variable abarca el 30% de los activos. ¿El resultado? El valor de capitalización de su bolsa supera el 80% del PIB, un nivel mayor al de países como Alemania y Canadá. En cambio, en México el valor de las empresas en bolsa no llega ni al 30% del PIB.
Aunque el esquema no me gusta y el momento elegido para implementarlo menos, es un paso importante. A final de cuentas, el mercado mexicano requiere, a como de lugar, una mayor base de inversionistas institucionales para tener niveles adecuados de liquidez y profunidad. De lo contrario, caerá en la irrelevancia, algo que lastimaría al país.
En ese sentido, Chile ofrece un ejemplo importante. Hace casi 20 años permitió que los fondos de pensiones del sistema obligatorio invirtieran en acciones. Actualmente, la renta variable abarca el 30% de los activos. ¿El resultado? El valor de capitalización de su bolsa supera el 80% del PIB, un nivel mayor al de países como Alemania y Canadá. En cambio, en México el valor de las empresas en bolsa no llega ni al 30% del PIB.
viernes, mayo 07, 2004
La importancia de la tecnología
Según Hal Varian, uno de los académicos más conocedores del impacto económico de la tecnología, la informática es, al mismo tiempo, irrelevante y absolutamente vital.
Es irrelevante porque ya está tan difundida que, para una empresa individual, tener sistemas informáticos adecuados (redes, software administrativo, etc.) ya no ofrece ventajas importantes, a diferencia del pasado. De hecho, Varian la compara con el uso de la electricidad hoy día (obviamente exagerando).
Pero al mismo tiempo, argumenta que es vital porque toda innovación importante, una vez que alcanza una masa crítica de usuarios, forma la base de la siguiente ola de avances tecnológicos (por ejemplo, la electricidad permitió el establecimiento de las líneas de ensamble).
Todo esto en su columna del NYTimes. No se la pierdan.
Es irrelevante porque ya está tan difundida que, para una empresa individual, tener sistemas informáticos adecuados (redes, software administrativo, etc.) ya no ofrece ventajas importantes, a diferencia del pasado. De hecho, Varian la compara con el uso de la electricidad hoy día (obviamente exagerando).
Pero al mismo tiempo, argumenta que es vital porque toda innovación importante, una vez que alcanza una masa crítica de usuarios, forma la base de la siguiente ola de avances tecnológicos (por ejemplo, la electricidad permitió el establecimiento de las líneas de ensamble).
Todo esto en su columna del NYTimes. No se la pierdan.
jueves, mayo 06, 2004
Pensiones en América Latina
Para los interesados en el tema de pensiones, el Banco Mundial publicó un extenso informe sobre los esquemas de pensiones individualizados en América Latina. Sólo he revisado una parte, pero parece ser muy completo y rigoroso. Además, el BM llevará a cabo una conferencia sobre este tema en junio y en el sitio hay muchos estudios complementarios.
El futuro de la globalización
Ampliamente recomiendo leer el más reciente discurso de Alan Greenspan, que expone con gran lucidez los beneficios de la globalización.
En particular, destaca que la incorporación de países como China, India y las naciones de Europa del este a este proceso ha, en efecto, incrementado la capacidad productiva de la economía mundial, que se traduce en menores precios. Al mismo tiempo, la creciente movilidad del capital ha permitido a Estados Unidos mantener sin problema alguno un enorme déficit en sus cuentas externas (5% del PIB), algo que en el pasado no hubiera sido posible.
¿Causará un inevitable ajuste ese déficit? Greenspan lo duda, sobre todo porque el fuerte crecimiento de la productividad laboral (5% anual en los últimos años, aunque en el futuro una tasa de 3% sería más razonable) implica que esos recursos están siendo utilizados de forma eficiente.
En particular, destaca que la incorporación de países como China, India y las naciones de Europa del este a este proceso ha, en efecto, incrementado la capacidad productiva de la economía mundial, que se traduce en menores precios. Al mismo tiempo, la creciente movilidad del capital ha permitido a Estados Unidos mantener sin problema alguno un enorme déficit en sus cuentas externas (5% del PIB), algo que en el pasado no hubiera sido posible.
¿Causará un inevitable ajuste ese déficit? Greenspan lo duda, sobre todo porque el fuerte crecimiento de la productividad laboral (5% anual en los últimos años, aunque en el futuro una tasa de 3% sería más razonable) implica que esos recursos están siendo utilizados de forma eficiente.
miércoles, mayo 05, 2004
Pensiones en la bolsa
Comparar a las autoridades mexicanas a las tortugas es injusto.....para las tortugas. A final de cuentas, se trata de un país en donde la mayoría de la tierra agrícola y todos los recursos minerales son propiedad del estado, donde llevamos diez años sin ponernos de acuerdo para permitir que las empresas generen su propia electricidad, donde crear una empresa cuesta más que el salario promedio anual de un trabajador, etc., etc. y tristemente, etc.
Lo mismo aplica en materia de pensiones. A 7 años de la creación de un nuevo sistema para administrar las pensiones de los trabajadores del sector privado basado, como en Chile, en fondos manejados por operadoras privadas (conocidas como Afores), por fin se podrán invertir una parte de esos recursos en acciones que cotizan en bolsa (ver este artículo y esta presentación en formato PDF). Cabe notar que otros países con esquemas similares han permitido eso desde hace muchos años.
Cierto, más vale tarde que nunca. Tal como he señalado previamente, en México –al igual que en otros países--la evidencia histórica confirma que la renta variable ha pagado retornos reales superiores a la renta fija. A largo plazo, eso permitirá reducir el costo fiscal de las pensiones para el gobierno (ya que el estado garantiza, bajo algunas condiciones, una pensión mínima).
Las Afores podrán invertir en acciones sólo de forma indirecta: comprarán una suerte de bono, cuyo principal está garantizado, pero cuyo rendimiento estará ligado parcialmente al retorno ofrecido por índices bursátiles reconocidos (supongo que el IPyC mexicano y algunos otros internacionales). Además, estos instrumentos sólo podrán representar el 15% de la cartera de uno de los fondos (el otro sólo invertirá en renta fija).
Tanto los tiempos como las formas son insatisfactorios. En cuanto a los tiempos, era obvio que las autoridades (que viven con el miedo político de rendimientos negativos) y las Afores (temerosas de atraer escrutinio a su fabulosamente rentable cartel) sólo se atreverían a tomar un mínimo de riesgo después de un alza extraordinaria en el precio de las acciones, como el observado en los últimos 12 meses. El problema con esto es que empezar a invertir cuando el mercado está caro reduce los retornos que se pueden esperar a futuro.
En cuanto a las formas, es obvio que para garantizar que el capital invertido no tendrá pérdidas se tendrá que contar con una especie de seguro o se tendrán que emplear derivados como futuros. Ni uno ni otro salen barato. Pero más allá de este punto, lo que más me molesta es que este vehículo de inversión será contraproducente, ya que al permitir sólo la inversión en acciones integradas a los índices, beneficiará sólo a las grandes empresas establecidas. El problema con la bolsa mexicana es que su falta de liquidez, que afecta sobre todo a las empresas pequeñas y medianas, no ha permitido que se convierta en una fuente atractiva de financiamiento. Al mismo tiempo, muchas de las grandes son adquiridas por firmas extranjeras o más bien buscan estar listadas en los grandes mercados mundiales. En otras palabras, la entrada de las Afores no ayudará a resolver este serio problema estructural.
En fin. Regresaré pronto a este tema.
Lo mismo aplica en materia de pensiones. A 7 años de la creación de un nuevo sistema para administrar las pensiones de los trabajadores del sector privado basado, como en Chile, en fondos manejados por operadoras privadas (conocidas como Afores), por fin se podrán invertir una parte de esos recursos en acciones que cotizan en bolsa (ver este artículo y esta presentación en formato PDF). Cabe notar que otros países con esquemas similares han permitido eso desde hace muchos años.
Cierto, más vale tarde que nunca. Tal como he señalado previamente, en México –al igual que en otros países--la evidencia histórica confirma que la renta variable ha pagado retornos reales superiores a la renta fija. A largo plazo, eso permitirá reducir el costo fiscal de las pensiones para el gobierno (ya que el estado garantiza, bajo algunas condiciones, una pensión mínima).
Las Afores podrán invertir en acciones sólo de forma indirecta: comprarán una suerte de bono, cuyo principal está garantizado, pero cuyo rendimiento estará ligado parcialmente al retorno ofrecido por índices bursátiles reconocidos (supongo que el IPyC mexicano y algunos otros internacionales). Además, estos instrumentos sólo podrán representar el 15% de la cartera de uno de los fondos (el otro sólo invertirá en renta fija).
Tanto los tiempos como las formas son insatisfactorios. En cuanto a los tiempos, era obvio que las autoridades (que viven con el miedo político de rendimientos negativos) y las Afores (temerosas de atraer escrutinio a su fabulosamente rentable cartel) sólo se atreverían a tomar un mínimo de riesgo después de un alza extraordinaria en el precio de las acciones, como el observado en los últimos 12 meses. El problema con esto es que empezar a invertir cuando el mercado está caro reduce los retornos que se pueden esperar a futuro.
En cuanto a las formas, es obvio que para garantizar que el capital invertido no tendrá pérdidas se tendrá que contar con una especie de seguro o se tendrán que emplear derivados como futuros. Ni uno ni otro salen barato. Pero más allá de este punto, lo que más me molesta es que este vehículo de inversión será contraproducente, ya que al permitir sólo la inversión en acciones integradas a los índices, beneficiará sólo a las grandes empresas establecidas. El problema con la bolsa mexicana es que su falta de liquidez, que afecta sobre todo a las empresas pequeñas y medianas, no ha permitido que se convierta en una fuente atractiva de financiamiento. Al mismo tiempo, muchas de las grandes son adquiridas por firmas extranjeras o más bien buscan estar listadas en los grandes mercados mundiales. En otras palabras, la entrada de las Afores no ayudará a resolver este serio problema estructural.
En fin. Regresaré pronto a este tema.
Estoy de regreso
Por diversos motivos, tuve que atender asuntos urgentes que me mantuvieron alejado de Internet por unos días, con los consecuentes síntomas de abstinencia.
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