Hoy salió en El Financiero una nota que escribí sobre el desempeño sectorial de la bolsa mexicana. Algunas consideraciones:
1. Los mercados emergentes con mayor nivel de endeudamiento (Brasil, Argentina, Turquía) han caído como plomo en las últimas semanas.
A mediano plazo, el caso de Brasil me preocupa: no han encontrado la fórmula para salir de su trampa de deuda. Hay dos opciones. 1)Encontrar la forma de crecer mucho más rápdio (más de 5% anual), lo cual implica generar un choque de confianza positivo para elevar el ahorro y la inversión 2) Reducir dramáticamente el gasto del gobierno, que se ubica arriba del 30% del PIB. Francamente, no veo la voluntad o capacidad para llevar a cabo una u otra, lo cual implica que en cuestión de meses o un par de años como máximo, Brasil podría enfrentar otra crisis de confianza, como la del 2002 y nada garantiza que puedan salir adelante. En México, el nivel de deuda es más bajo y ésta está mucho mejor estructurada, pero sin un mayor crecimiento, a la larga estaremos en las mismas.
2. La (in)sensibilidad a las tasas. Ante el alza observada y esperada en las tasas estadounidenses, los sectores más afectados por las tasas, como la construcción y los bancos, han sido los más afectados en las bolsas neoyorquinas. Pero en México sucede lo contrario debido al bajo nivel de crédito formal. Nada nuevo, pero es una señal que Banco de México sólo puede controlar la inflación mediante el tipo de cambio (vía variaciones en las tasas de interés) y no regulando el ritmo de la actividad económica, como sucede en los países avanzados. A la larga, esto no es bueno: la misma dinámica impredecible de los mercados financieros y cambiarios implica que la política monetaria puede crear mucha volatilidad. En particular, me hace pensar que el peso presentará una buena apreciación nominal en los próximos meses. Ya veremos...
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