¿¡Quién dice que la investigación académica siempre es aburrida!? Por ejemplo, hoy encontré este artículo de David Blanchflower y Andrew Oswald (cuyo trabajo ya he destacado previamente)que investiga la relación entre la felicidad y la actividad sexual, que también toma en cuenta otros factores, como el ingreso, la edad, etc.
Es un estudio con serias limitaciones metodológicas impuestas por la naturaleza de la encuesta estadounidense en que está basado(es difícil determinar la causalidad de ciertas relaciones), pero sus principales conclusiones son:
1. La muy obvia: La cantidad de actividad sexual (que en este caso excluye la variedad solitaria) está positiva y significativamente relacionada con la felicidad. Esto aplica a ambos sexos, a todos los grupos de edad y a las diversas orientaciones sexuales.
2. La obvia: El ingreso de una persona también está positivamente relacionada con la felicidad.
3. La sorprendente: Contradiciendo todo lo que la televisión nos ha enseñado, el ingreso no muestra una relación estadística significativa con la actividad sexual. Es decir, el dinero no compra más sexo (o un mayor número de parejas sexuales según el estudio).
4. La curiosa: El nivel de actividad sexual tiene un impacto mayor en la felicidad de las personas con una escolaridad más alta que en las de menor escolaridad. Por mi lado, debo confesar que si bien sabía que estudiar sería muy útil, nunca me imaginé que el mayor beneficio llegaría por este canal.
5. La variedad no es mejor: Aparentemente, el número óptimo de parejas sexuales para maximizar la felicidad es....una. Esto probablemente tiene que ver con un hecho (que ya había notado en alguna otra parte) que las parejas casadas tienen un nivel mucho mayor de actividad sexual que los solteros.
En fin. Quienes quieran conocer más detalles sobre la vida sexual de los estadounidenses, lean el artículo original, el cual no es demasiado técnico y está repleto de datos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario