Ampliamente recomiendo leer el más reciente discurso de Alan Greenspan, que expone con gran lucidez los beneficios de la globalización.
En particular, destaca que la incorporación de países como China, India y las naciones de Europa del este a este proceso ha, en efecto, incrementado la capacidad productiva de la economía mundial, que se traduce en menores precios. Al mismo tiempo, la creciente movilidad del capital ha permitido a Estados Unidos mantener sin problema alguno un enorme déficit en sus cuentas externas (5% del PIB), algo que en el pasado no hubiera sido posible.
¿Causará un inevitable ajuste ese déficit? Greenspan lo duda, sobre todo porque el fuerte crecimiento de la productividad laboral (5% anual en los últimos años, aunque en el futuro una tasa de 3% sería más razonable) implica que esos recursos están siendo utilizados de forma eficiente.
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