"The cradle of the best and the worst". Es la memorable y acertada descripción de Estados Unidos que Leonard Cohen inmortalizó en una de sus canciones. Nada ilustra esto mejor que el sistema legal estadounidense.
A su favor se pueden decir muchas cosas: la interpretación de las leyes es flexible y adaptiva, involucra de muchas formas a la ciudadanía, asegura un nivel mínimo de equidad ante la ley y es relativamente accesible para el ciudadano promedio, entre otras.
Pero sus principales fortalezas son, al mismo timepo, sus mayores puntos débiles. La saga del asbestos, descrita en este resumen de un trabajo que publicó recientemente el NBER, muestra esto último en términos dramáticos.
Léanlo. Para abrir su apetito, ofrezco la siguiente cita:
"Representing asbestos victims has proved extremely profitable for lawyers. It is estimated that legal expenses consumed about 66 percent of asbestos compensation paid during the 1980s and about 60 percent during the 1990s. Based on these figures, of the $54 billion already spent on asbestos litigation, about $34 billion went to lawyers. If litigation costs eventually reach $200 billion, lawyers could collect an additional $88 billion."
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