viernes, junio 04, 2004

El correo: electrones vs. papel

Hace unos días, tuve la necesidad de enviar una carta tradicional para llevar a cabo un trámite. Resultó ser un proceso bastante engorroso, ya que en México sólo se pueden comprar estampillas postales en las oficinas de correos y no había ninguna cerca de mi casa. No es mi única queja con el Servicio Postal Mexicano; tal como memorablemente afirmó un amigo que se dedica a la estadística, el tiempo de entrega del correo es "una variable aleatoria".

Este episodio fue un recordatorio más de las bondades de Internet: gracias al correo electrónico, muy rara vez tengo que lidiar directamente con la maldita burocracia de los correos. Sin duda, esto aplica incluso en los países con un servicio postal decente. ¿Significa esto que el correo tradicional está condenado a ser irrelevante?

A muy largo plazo, probablemente sí, pero es claro que seguiremos ahogados por papel durante mucho tiempo. No obstante, en algunos ámbitos ya se puede divisar el impacto del correo electrónico.

Según datos de la Unión Postal Universal, el volumen total de cartas (domésticas e internacionales, excluyendo a la paquetería) aumentó en total 2% entre 1998 y 2002 (a 424.8 miles de millones de cartas), un crecimiento muy inferior al de la población global. Pero esta cifra general esconde dos tendencias importantes: la correspondencia doméstica (que conforma el 98% del volumen total) subió 2.4% en ese lapso, mientras que la correspondencia internacional cayó 16% en este periodo.

Son resultados lógicos. Actualmente, el correo comercial (promociones, estados de cuenta, etc.) representa un porcentaje importante y creciente del correo doméstico. Además, aumenta conforme sube el ingreso por habitante de un país. Pero el correo internacional --siempre más costoso y tardado--está conformado en su mayoría por corresondencia de tipo personal, la cual puede ser sustituida con gran facilidad por el correo electrónico.

Lo anterior sugiere que los países de ingreso medio (en los más pobres hay muy pocos usuarios de Internet) el correo doméstico crecerá más que en los desarrollados por el aumento en el correo comercial, mientras que el volumen de correo internacional bajará mucho más debido a que sus sistemas postales son mucho más ineficientes y, por tanto, hay más incentivos para sustituirlo por medios electrónicos.

En efecto, eso es lo que sucede. En los países con un PNI por habitante superior a los 10,000 dólares, el correo doméstico aumentó 3% en el periodo 1998-2002, mientras que en países de ingreso medio (un ingreso de aprox. 1,000 dólares hasta 10,000) creció 9%. En cuanto al correo internacional, en los países avanzados el tráfico bajó 10%, mientras que en los de ingerso medio cayó 35% en ese lapso.

Respecto al correo internacional, no me cabe duda que el correo electrónico está jugando un papel importante en el derrumbe de su volumen. Pero seguramente no es el único factor: por ejemplo, en muchos países en vías de desarrollo los precios de la telefonía de larga distancia han bajado mucho, al mismo tiempo que aumenta la teledensidad, por lo cual las llamadas están sustituyendo a las cartas.

Son resultados muy interesantes y gracias a la excelente base de datos de la UPU, seguramente escribiré más sobre este tema en los próximos días.


No hay comentarios.: