El primero de enero del 2004 marca el décimo aniversario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. De acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial, para México los beneficios han sido modestos: si bien el TLCAN generó más exportaciones e inversión extranjera directa de la que se hubieran presentado sin dicho tratado, no ha colocado por si mismo al país en el camino a la convergencia con sus dos vecinos ricos.
El informe señala claramente cuáles fueron los factores que limitaron las ganancias. Cito del resumen:
"Las esperanzas de que México avanzara más para alcanzar a los Estados Unidos fueron disminuidas por una inversión insuficiente en educación, inovación e infraestructura, así como por la baja calidad institucional --un término que incluye la rendición de cuentas, la eficacia de la regulación, el contro de la corrupción y temas relacionados."
Es una severa crítica a la gestión de los gobiernos del país. Lo peor del caso es que sabemos lo que debemos hacer, pero no avanzamos. De hecho, es interesante notar el argumento de Gray Newman, un economista de Morgan Stanley, que afirma que los beneficios del TLC (mayor inversión y exportaciones) le han comprado tiempo a los políticos mexicanos para no atacar los problemas estructurales del país. Claramente, esos flujos extra ya se están agotando; en unos años no bastarán y se tendrán que adpotar medidas urgentes, pero mientras ya habremos perdido varios años.
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