A estas alturas todos ya se enteraron que la Reserva Federal estadounidense recortó la tasa que cobra para préstamos directos a bancos, conocida como la tasa de descuento (de 6.25% a 5.75%). Asimismo, emitió otro comunicado en donde cambió su perspectiva de riesgos, que pasó de enfatizar el peligro de mayor inflación al riesgo de mayor debilidad económica. En ese sentido, si bien dejó sin cambio su tasa de referencia (conocida como fondos federales, que es la tasa en préstamos entre bancos) en 5.25%, es mucho más probable que la baje en los próximos meses. (Un resumen en castellano aquí)
La interpretación de estas medidas requiere la trillada pero útil analogía del vaso medio vacío o medio lleno.
El vaso medio lleno: Al reducir el costo del financiamiento directo y apuntar a un recorte próximo en la tasa de referencia, la Reserva Federal busca calmar los ánimos. Los mercados ciertamente recibieron aplaudieron. Los bancos tendrán menos reticencia para prestar y las instituciones financieras que enfrentan pérdidas a corto plazo podrán obtener dinero para sobrellevar dificultades temporales. Al reducir el nivel general de temor, se evitan reacciones exageradas que pueden llevar a un círculo vicioso en donde la falta de disponibildiad de crédito puede llevar a la quiebra a deudores solventes, pero con necesidades de liquidez.
El vaso medio vacío: Estas medidas de la Reserva Federal confirman que hay serios problemas y no resuelven sus causas. En esencia, lo que más debe preocuparnos es que una institución --lo más probable es un fondo o banco--haya comprado muchos bonos hipotecarios de alto riesgo (que han visto reducido su valor) con dinero prestado. Si el hoyo resultante destruye su solvencia, entonces el problema se traslada a sus acreedores y de ahí en adelante. Todavía no sabemos si alguien tiene un boquete por debajo de la línea de flotación, pero el recorte de la Fed apunta a que hay muchos que piensan que sí habrá una quiebra importante con consecuencias impredecibles.
Ojo. Este argumento es particularmente válido en la medida en que muchos analistas han acusado a la Reserva Federal de fomentar comportamientos irresponsables de inversión al entrar al rescate de los mercados en tiempos difíciles (el llamado "put de Greenspan"). Por tanto, la Fed --muy conciente de esta crítica--en principio sólo actuaría si percibiera un peligro real.
¿Cuál de estas dos escenarios es el bueno? Sinceramente, no sé y creo que nadie realmente sabe (lo cual es parte del problema). Dudo que los episodios de nerviosismo en los mercados simplemente reflejen histeria sin fundamento, así que no me inclinaría por el primero. Es obvio que nos enteraremos de más quebrantos, pero no sabemos dónde aparecerán ni cuál será su magnitud. Quizá sea cierto que el riesgo está suficientemente dispersado y por tanto ninguna institución vea amenazada su existencia. Pero ante el grado de apalancamiento de muchas, es probable que en efecto alguien quiebre, pero es imposible saber si eso representará un riesgo sistémico. Por lo pronto, tendrán que pasar algunos meses antes de estar seguros que pasó la tormenta.
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