Soy el primero en señalar que la economía estadounidense presenta, ya desde hace tiempo, fallas que tarde o temprano tendrán que corregirse (déficit externo, excesos en el mercado inmobiliario residencial, una posición fiscal débil, Georbe W. Bush, etc.) y que ese proceso no será ni sencillo ni exento de de dolor. Pero de ahí a creer que es necesaria una recesión para "purgar" dichos excesos me parece una idea tonta y peligrosa.
(Nota: Por supuesto, es posible que se presente una recesión aunque nadie la quiera).
Pero Estados Unidos es Estados Unidos. No faltan analistas que, con el fervor de los fieros profetas del Viejo Testamento, proclaman que es tiempo de pagar por los pecados de políticas monetaria y fiscal laxas y, es más, que es necesario y bueno. Por ejemplo, lean esta nota de The Economist (tristemente en franca decadencia).
Pero no me tomen la palabra. Gente más inteligente que su servidor demuestran (ver este resumen de Paul Krugman o esta nota de Mark Thoma) con claridad por qué hay que ignorar a quienes pretenden que nos autoflagelemos colectivamente.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario