viernes, octubre 08, 2004

Mitos y realidades del ahorro

En Estados Unidos, las familias ahorran el 1% de su ingreso disponible. Por su parte, las finanzas públicas muestran un déficit que supera el 4% del PIB. Como resultado, prácticamente toda la inversión es financiada con ahorro de las empresas y con capital extranjero.

¿Es buena, mala, sostenible o insostenible esta situación?

Hay un amplio consenso en torno a que las familias y el gobierno ahorran demasiado poco. Es fácil entender por qué. El rápido envejecimiento de la población y el rápido aumento de gastos relacionados con pensiones y atención médica son tendencias evidentes. Si, como todo parece, los gobiernos no van a poder cumplir plenamente con sus promesas de gasto en estos rubros, los hogares tendrán que llenar la brecha. Cuando el Joe Smith típico se de cuenta de que ni él ni el gobierno tienen dinero para financiar su retiro, tendrá que apretarse el cinturón y las consecuencias para la economía no serán nada gratas.

De hecho, para algunos economistas con inclinación un tanto ideológica, el ahorro personal es importante para evitar la presión política a favor de la expansión del estado de beneficencia, como ilustra esta columna de Arnold Kling. En lo personal, me parece una perspectiva muy simplista, ya que la mayoría de las personas están a favor de pagar menos impuestos pero al mismo tiempo quieren más seguridad social estatal, lo cual explica en buena medida la situación de las finanzas públicas en EUA. Además, en Europa Occidental las tasas de ahorro son mucho mayores a las de EUA pese a contar con apoyos estatales más generosos.

¿Por qué ahorran menos los estadounidenses comparado con otras naciones? Seguramente intervienen factores culturales y demográficos, pero sospecho que la eficiencia del sistema financiero estadounidense es parte de la respuesta. Es un hecho que EUA crece más que Europa o Japón pese a que la inversión como porcentaje del PIB es mucho menor. Esto tiene un resultado concreto: en las últimas dos décadas, el estadounidense promedio ha observado que su patrimonio neto crece pese a que no ahorra. No quiero entrar a la discusión sobre las burbujas en acciones y vivienda; basta afirmar que creo que por más alta que sea la productividad del capital en EUA, las personas están sobreestimándola y lamentarán esto a largo plazo.

En donde sí hay mucha controversia es en torno al capital extranjero. Don Boudreaux de Cafe Hayek argumenta que es irrelevante si la inversión es financiada con ahorro foraneo o doméstico.

Tiene razón en un sentido estricto. El impacto en producción y empleo de una nueva fábrica es el mismo sin importar si fue construida con capital estadounidense o extranjero. Pero este punto de vista es demasiado limitado.

En un sentido amplio, el nivel de inversión neta en una economía refleja la cantidad de nuevos proyectos de producción que son viables bajo un cierto nivel promedio de retorno esperado. Si los agentes económicos domésticos exigen un retorno más alto que los extranjeros, es lógico que éstos financiarán parte de la inversión. Nada malo en ello.

Pero en el caso de EUA hay un problema. A partir de 2002, los flujos privados de capital extranjero prácticamente se secaron, algo lógico considerando el clima económico post-burbuja (en otras palabras, consideraron que el retorno promedio que obtendrían sería más bajo). En principio, esto debería reflejarse en una caída del dólar y tasas de interés al alza, lo cual llevaría a una sustitución del ahorro extranjero por ahorro nacional, aunque la inversión probablemente hubiera bajado más de lo que cayó de por sí. Esto no sucedió.

En la práctica, el capital privado extranjero fue sustituido por flujos de los bancos centrales asiáticos para evitar una caída del dólar y una apreciación simétrica de sus divisas, lo que tendría un impacto negativo en sus exportaciones y su crecimiento económico. Esta intervención masiva, que persiste a la fecha, es un subsidio a la demanda en EUA. Esto implica que tanto la inversión como el consumo son artificialmente altos y el ahorro artificialmente bajo. Visto de otra forma, en este caso las fuerzas de mercado no están operando como deberían. Como toda distorsión, tarde o temprano se tornará insostenible, con severas consecuencias tanto para EUA como para el resto del mundo.




No hay comentarios.: