No se pierdan este artículo de Sebastian Mallaby en Foreign Policy. Describe cómo algunos grupos de activistas están frenando proyectos social y económicamente benéficos en países pobres, empleando mentiras, distorsiones y toda clase de tácticas para defender lo que definen como "causas justas".
Es un tema que he tocado en otras ocasiones (ver aquí). Es un hecho que muchas ONG y grupos activistas hacen un trabajo muy valioso al llamar la atención del público a problemas reales que la clase política ignora por conveniencia. Pero con triste frecuencia su enfoque obsesivo en un tema los lleva a verlo sólo en blanco y negro, excluyendo cualquier matiz, y su punto de vista suele ser poco informado y contaminado por la ideología. En ese sentido, terminan causando daño precisamente a las causas que supuestamente promueven.
Además, no hay que olvidar dos cosas: 1) las ONG son manejadas por personas de carne y hueso; y 2) no rinden cuentas a nadie. Respecto a la primera, a los directivos de estas organizaciones les gusta, como a todos, la atención y el poder que derivan de ella. Esto los lleva a buscar la atención de los medios, por las buenas o por las malas. En cuanto a la segunda, a diferencia de los gobiernos, nunca pagan consecuencias cuando cometen errores o verdaderas barbaridades. En ese sentido, considerarlas como interlocutores de la sociedad civil en su conjunto es un grave error, como bien muestra el artículo de Mallaby.
martes, octubre 26, 2004
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1 comentario:
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