El oro no es el único refugio cuando se presentan tormentas financieras globales. Resulta que la moneda japonesa también es una buena opción. No es una conexión muy intuitiva, pero ciertamente es más racional que comprar el metal amarillo.
Al tener una tasa de interés muy baja (cerca de 0.5% a corto plazo) y abundantes ahorros, Japón ofrece una fuenta de capital de bajo costo casi inagotable para los especuladores que piden prestado en yen e invierten en bonos de otros países con tasas más altas o cualquier otra cosa. Esto es el famoso "carry trade". Así que cuando esos especuladores registran pérdidas, tienen que liquidar posiciones y pagar sus créditos en yenes. Ergo, el yen gana terreno al dólar.
Pero como noto en este artículo, la fortaleza del yen sólo es coyuntural.
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