Hoy se publicó un informe sobre el empleo en Estados Unidos que resultó ser decepcionante: la nómina no agrícola bajó por 4 mil puestos en agosto, cuando se esperaba una ganancia de 100 mil puestos de trabajo. Pero esa no es la parte relevante.
Resulta increíble que la crisis en los mercados financieros y en el sector de inmuebles residenciales de ese país se siente en todos lados menos en las cifras de empleo.
Para repasar, en semanas recientes nos hemos enterado que el número de viviendas cuya construcción inició bajó 21% en julio (todas las comparaciones respecto al mismo mes de 2006), el número de unidades en construcción cayó 16% anual ese mes, mientras que las ventas de viviendas previamente ocupadas se deslizó 9% anual. Podría seguir y seguir.
Ante esas cifras, uno esperaría que hubiera muchos albañiles y agentes de bienes raíces desempleados. Pero no. El número de trabajadores en la industria de edificación de vivienda cayó sólo 3.5% en agosto respecto al mismo mes del año anterior. Y resulta que el empleo en servicios de bienes raíces (renta, venta y similares) creció 1.5% en ese lapso.
Simple y sencillamente, esto no puede ser cierto. Algo sucede con las cifras de empleo estadounidenses. Tarde o temprano serán revisadas y la sorpresa negativa de este mes será vista como trivial ante las que nos esperan en los próximos meses.
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