jueves, octubre 19, 2006

La bota desgastada

Extraño mundo en el que vivimos. Las crisis de países emergentes son cosa del pasado. Hoy día, los terremotos financieros provienen de países ricos como Islandia y próximamente Italia.

Este país siempre se ha caracterizado por sus finanzas públicas poco sanas. Pero ahora enfrenta la convergencia de un par de tendencias desfavorables que empujan a Italia al borde del precipicio:

1. Demografía: Las mujeres italianas son célebres por su reticiencia reproductiva, ya que sólo traen al mundo algo así como 1.2 niños por mujer. En los próximos años esto empezará a elevar dramáticamente el número de pensionados por trabajador activo (y el gasto en servicios médios), presionando todavía más a las finanzas públicas.

2. Competitividad: La fortaleza del euro y la concentración de la industria italiana en sectores altamente competidos (como textiles y productos electrodomésticos) conspiraron para reducir las exportaciones de ese país, tradicionalmente su fuente más importante de crecimiento. A diferencia del pasado, no puede devaluar su moneda.

Ya veremos que sucederá, pero no dudo que Italia enfrenta la necesidad de una revolución política para salir adelante, algo que sólo puede ser detonado por una dura recesión económica.

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