Un Brad DeLong lleno de angustia se pregunta hoy por qué México no validó su fe en la magia del libre comercio (TLC-AN) y creció poco en los 12 años posteriores a su entrada en vigor.
Apunta a los sospechosos comunes: bajo nivel educativo, alto nivel de crimen, poca infraestructura y corrupción. Sabiamente, reconoce que tienen que haber otros factores que afectaron el desempeño de México.
Es aquí donde entro yo. Agregaría lo siguiente a la lista (que no está ordenada por importancia):
-No existió sistema financiero durante más de 5 años: A partir de la crisis de 1995 el sistema financiero mexicano se fundió y no volvió a dar tímidas señales de vida sino hasta hace dos o tres años.
-El campo sigue sumado en la miseria: En contra de lo que suponen los críticos del TLC, el principal problema del campo en México no es la entrada de granos estadounidenses baratos. El gran problema es su mortal estructura colectivista, en donde el campesino en realidad no es dueño de su tierra. Algo así como el 15% de la fuerza laboral sigue atrapada en la agricultura, con niveles de productividad ínfimos.
-El bajo nivel de competencia: Este tema ya lo discutí recientemente y es obvio su impacto negativo.
-El mercado laboral es disfuncional: Menos del 50% de la fuerza laboral está en el sector formal. Es demasiado difícil despedir trabajadores y demasiado caro contratar empleados de baja productividad. Además, las autoridades protegen y auspician la informalidad. Pero sin empleo formal no hay crédito, vivienda, etc.
Seguramente hay más, pero todos estos son problemas tanto o más graves que, por ejemplo, la corrupción.
viernes, octubre 13, 2006
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