Una de los aspectos más divertidos de la historia es observar como un cierto patrón reaparece en un entorno totalmente diferente al original. En concreto, la Rusia de hoy día se asemeja asombrósamente al México de la época de 1920-1940. Consideren los paralelos:
+El país empieza a salir de un largo periodo de caos y conflicto (México por la Revolución y la guerra cristera, Rusia del colapso de los años noventa y la guerra en Chechenia).
+Establecimiento de un sistema político basado en el gobierno de un partido único, pero que mantiene una simulación de democracia permitiendo dóciles partidos satélite y otros símbolos de la democracia como elecciones, aunque sean fraudulentas (Rusia Unida y el PRI en México)
+Creciente dominio estatal sobre la economía, empezando por la nacionalización del sector energético
+Represión selectiva de libertades básicas para fines del gobierno, pero con cierta apertura como válvula de escape. Por ejemplo, existe una prensa libre de jure, pero de facto es controlada por el estado a distancia.
+Nueva clase política dominada por el aparato de seguridad (generales de la Revolución en México, ex agentes de la KGB en Rusia)
Y por último:
+Reelección limitada, por lo cual el presidente en turno busca perpetuarse en el poder mediante la designación de sucesores dóciles (Plutarco Elías Calles) o tretas como pasar a ser primer ministro en el caso de Putin
La historia augura que Putin fracasará a final de cuentas. Elías Calles logró mantener el control del gobierno mediante sucesores subyugados por unos años, hasta que Lázaro Cárdenas lo exilió. Sabiamente, Cárdenas entendió que la estabilidad de un régimen como el del PRI dependía de evitar que el presidente --quien gozaba de un poder abrumador--se perpetuara. Esto en función que era más fácil conservar la estabilidad si los políticos sabían que eventualmente recibirían un premio si se formaban en cola.
¿Tendrá Putin la visión para entender esto?
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