Ayer Nokia anunció la adquisición de Navteq, una empresa que comercializa mapas digitales para navegación. Recientemente también compró una empresa de publicidad móvil, así como otras de contenido.
Este es otro episodio más en la saga de empresas de hardware que entran al mercado de contenido. La idea siempre es la misma: buscar sinergias de tal forma que se puedan diferenciar los aparatos electrónicos en cuestión y así separarse de la intensa competencia.
Hay dos casos que vienen a mente. Hace casi 20 años, Sony compró a Columbia Pictures, un estudio de cine. Si bien todavía forma parte de Sony, las sinergias esperadas --uno se imagina que tenían que ver con los reproductores de video--nunca llegaron.
La razón es sencilla. Para que éstas existan, tiene que haber algún tipo de derechos exclusivos (como que las películas sólo puedan verse en reproductores de video de Sony). Pero limitar la distribución del contenido a una plataforma tecnológica (que nunca fue dominante) destruye el valor del conteido, sin que el valor agregado para la parte de hardware sea tal que compense lo primero.
El otro modelo es, por supuesto, Apple. La diferencia clave entre es que Apple no buscó ser dueña del contenido, sino dominar un nuevo canal de distribución (ITunes) y ligar su producto (IPod) a él. Este modelo ha funcionado de maravilla, aunque se puede argumentar que sólo por el éxito del IPod (y no viceversa).
¿A cuál modelo se asemeja la estrategia de Nokia? Hay varias posibilidades. A primera vista, parece más del tipo Sony/Columbia ya que está adquiriendo contenido más que distribución. Esto implica que negaría el contenido de Navteq a sus competidores directos (Motorola, Samsung, etc.) para reservarlo a sus modelos. La historia dicta que dificilmente justificará el gasto de 8 mil millones de dólares siguiendo este modelo, al menos que los resultados sean revolucionarios.
Otra posibilidad, menos probable, es que distribuya libremente el contenido (aunque la competencia sin duda buscará otras alternativas) y apueste simplemente a integrar mejor la tecnología con el contenido. Nuevamente, es difícil justificar el precio de compra cuando podría hacer esto mismo sin comprar la empresa.
Hay una última posibilidad: Nokia está apostando todo al contenido y eventualmente venderá su negocio de hardware. ¿Suena descabellado? Quizá. Pero hay que tomar en cuenta que el mercado mundial está cada vez más saturado, la competencia es intensa y todos los fabricantes de teléfonos móviles han tenido fuertes cambios en sus fortunas dependiendo del éxito (o falta de) de sus diseños. Vaya, hace un par de años Motorola estaba a la cabeza y ahora está en el sótano. En cambio, el contenido/software ofrece mayor potencial de crecimiento, menos competencia y menos volatilidad.
Además, no sería la primera vez que Nokia da un vuelco radical en su estrategia. Hace cuarenta años, Nokia fabricaba productos forestales, de hule y cables, sectores en donde hoy ya no participa.
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