jueves, octubre 18, 2007

Conoce a Carlos Slim



En el más reciente capítulo de "Los ricos también lloran", observamos como el hombre más rico del mundo descubre con tristeza que no es comprendido. Considerado por muchos como un rapaz monopolista que exprime al pueblo con tarifas telefónicas excesivas, este sencillo hombre de negocios quiere demostrar que ganó su fortuna con astucia y esfuerzo y que es una fuerza para el bien en México (y América Latina).

Para lograr esto, aprovecha lo último en tecnología y lanza www.carlosslim.com, donde nosotros los plebeyos podemos conocer su historia, su trayectoria empresarial, su gentileza con niños y animales, sus generosas actividades filantrópicas y sus reflexiones sobre toda clase de temas.

Fuera de guasa, este extraño y patético ejercicio de relaciones públicas representa cierto avance. Claramente, Slim siente presión por las cada vez más mordaces y fuertes críticas (plenamente justificadas) dirigidas a él. Éstas claramente lo llevaron a aumentar el dinero que destina a la filantropía (así como la verguenza que ha de sentir por la generosidad de los siguientes dos lugares en la lista de Forbes, Bill Gates y Warren Buffet).

Pero la filantropía no puede ni debe compensar el daño que causa al país su cuasi-monopolio en telecomunicaciones. Es hora que las autoridades actúen decisivamente (no por leyes, que no valen nada en México, sino por el poder de compra del gobierno federal: amenazar a Telmex con perder todo el negocio federal si no baja tarifas a niveles internacionales).

Slim es un brillante hombre de negocios, tanto o más que Warren Buffet (sus estilos son muy similares, aunque Buffet es mucho más simpático). Sabe detectar oportunidades, asignar capital eficientemente y sus empresas están bien administradas en general. Aunque tardía, su vocación filantrópica es bienvenida. Ojalá se de cuenta que su mejor legado sería impulsar los cambios necesarios para el país, a diferencia de heredar su imperio intacto a sus hijos o darse ínfulas de grandeza mediante ejercicios mediáticos ridículos.

No hay comentarios.: