Todos sabemos que el nivel de ética de la clase política mexicana está entre nulo a deplorable. Pero es verdaderamente molesto cuando nos lo restriegan en la cara.
Sí, me refiero en parte a los destellos versallescos de Vicente Fox y Marta Antonieta Sahagún, que tuvieron el buen gusto de presumir su lujoso estilo de vida a una revista de sociedad, destapando así un escrutinio del nada claro origen de su fortuna.
Pero nada puede superar en valor de entretenimiento el escándalo que estalló en torno a Roberto Madrazo, ex candidato del PRI a la presidencia en 2006 (y también poseedor de una fortuna de origen altamente dudoso).
Resulta que don Roberto hizo trampa en el maratón de Berlín. Ganó primer lugar en su categoría, con un tiempo inverosímil, gracias a que se saltó un buen trecho del curso. (Vía Gerardo Esquivel).
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