Ese es un título de película que probablemente nunca veamos. Lo cual es una lástima ya que en términos históricos los piratas berberiscos (de Argel y otros puertos del norte de África,), herederos de una milenaria tradición mediterránea, representaron una amenaza mucho mayor y más duradera al comercio que sus romantizados contrapartes del Caribe.
En su apogeo, los piratas argelinos llegaron hasta Islandia y, según ciertas fuentes, capturaron más de un millón de esclavos cristianos en los siglos XVI y XVII. Y sus actividades nos dejaron la famosa frase de "no hay moros en la costa".
Hablar este tema me da excusa para recomendarles uno de los mejores libros de historia, El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, de Fernand Braudel.
lunes, julio 30, 2007
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