Hace unos meses los mexicanos fuimos sujetos a un proceso electoral y (sobre todo) postelectoral bastante surrealista. Pero, a final de cuentas, el surrealismo es tan mexicano como los frijoles refritos.
Pero hoy caí en cuenta que, con todo y nuestro presidente de fantasía, México parece un paradigma de racionalidad comparado con Estados Unidos en estas semanas preelectorales. Y vaya que eso sí es preocupante.
¿Ejemplos? Vaya, simplemente es increíble como ante el desastre total, completo y absoluto que es la intervención estadounidense en Irak el presidente Bush sale a defender a capa y espada a sus dos arquitectos, Donald Rumsfeld y Dick Chenney.
Yo estoy de acuerdo con el comentarista que afirma que este espaldarazo es el equivalente directo en política exterior del espaldarazo de Bush al funcionario encargado de las operaciones de emergencia durante el huracán Katrina.
Siguiendo con la comparación, en México la izquierda se escandalizó cuando la campaña del presidente electo lanzó una serie de spots televisivos de ataque, porque afirmaban que López Obrador era un "peligro para México" (algo que hoy casi nadie disputa). Bueno, comparado con los anuncios que utiliza el Partido Republicano en Estados Unidos, esto es cosa de niños. Es pasmoso, como muestra este artículo.
Ante todo esto, no estoy seguro si quiero que el Partido Republicano sufra un duro revés electorial ahora. Me explico: a veces siento que sólo si ganan en esta ocasión podran cosechar plenamente los amargos frutos de su racismo, incapacidad, arrogancia y simple y llana maldad, para que en 2008 sean borrados del mapa y no regresen por algunos lustros. Mi parte racional considera que es mejor que pierdan desde ahora, para que haya por lo menos un freno. En todo caso, a prender veladoras.
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