Ese es el monto de asistencia que deben recibir cada año los países más pobres para alcanzar las Metas de Desarrollo del Milenio, según Jeffrey Sachs, director del Earth Institute de la Universidad de Columbia. Este artículo ofrece un buen resumen de sus argumentos.
Nadie duda que los países más pobres requieren ayuda para salir adelante. Incluso 150 mil millones de dólares no me parece un monto excesivo. La pregunta es cómo evitar que esa enorme suma no termine depositada en las cuentas bancarias de los diversos déspotas, tiranos, generales y burócratas que controlan esas naciones. Sachs afirma que, tomando en cuenta diversos factores, los países más pobres no están particularmente mal gobernados y sus necesidades son tan apremiantes que es mejor arrancar desde ahora.
Yo no estoy tan convencido. En realidad, no veo cómo esos países lograrán salir adelante sin una suerte de "neocolonialismo". Antes de que reciba amenazas de muerte, déjenme explicar. Ni yo ni nadie quiere un regreso a los viejos malos tiempos de dominación por la misma dominación/explotación. Pero al mismo tiempo es un tanto ilusorio pensar que todos los países más humildes tienen la capacidad para salir de su abyecta condición. Vamos, Haití lleva más de 200 años de independencia y miren cómo sigue. De alguna forma, se deben establecer las condiciones e instituciones básicas para que pueda funcionar un país. En un estado fracasado, es algo que requiere de cierta injerencia externa. Puede ser la ONU, como sucedió en Timor del Este, o una coalición de gobiernos con ONG. Tras cumplir ciertas metas explícitas, permitirían un mayor control nacional.
Claro, es una idea difícil y utópica. Pero a la larga no veo otra opción, sobre todo tomando en cuenta el espantoso costo humano de dejar abandonados esos países a sus élites rapaces y los problemas que esos países causan a toda la comunidad internacional (refugios para terroristas y criminales, enfermedades, etc.).
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