Marcela Sánchez nos hace un favor al resumir un nuevo estudio del Banco Mundial sobre el nexco entre la desigualdad socioeconómica y el crecimiento. Generalmente, se maneja que el crecimiento acelerado es un requisito para combatir la pobreza y la desigualdad (el modelo más conocido sobre esta relación es la célebre curva de Kuznets). Pero al parecer, en nuestra región las cosas no operan de esta forma: para detonar el crecimiento, es necesario combatir la desiguldad en primer lugar.
En lo personal, creo que esta hipótesis es correcta, pero eso nos llevaría a una cuestión muy complicada: ¿por qué es tan alta la desigualdad en América Latina? Me temo que los sociólogos/historiadores pueden ofrecer mejores respuestas que yo. Aún así, me atrevo a citar algunos factores: poca cohesión social por las diferencias etno-raciales, una geografía bastante desfavorable y el legado de la mentalidad de suma cero proveniente de la filosofía colonial de España.
Pero hay que tener mucho cuidado. Asumiendo que la hipótesis del BM es correcta, eso no necesariamente implica que la solución sea una mayor intervención gubernamental para solucionar el problema de la desigualdad. Por mi parte, considero que el problema es más de eficacia que de otra cosa. En el caso particular de México, que es el que mejor conozco, el mayor problema que se enfrenta no es la falta de infraestructura básica (fuera de zonas rurales aisladas). Es decir, hay escuelas, caminos y policias. Pero las escuelas enseñan poco, los caminos están mal pavimentados y trazados y la policia es cómplice del crimen.
Por tanto, el verdadero reto es más bien político-administrativo: hacer que las cosas se hagan bien y las instituciones sean eficaces.
sábado, febrero 18, 2006
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