Ayer, Ricardo Salinas Pliego, el accionista controlador de TV Azteca (la segunda cadena de México) y niño malo del mundo empresarial mexicano, acusó a funcionarios de la Secretaría de Hacienda (SHCP) de amenazar a dicha televisora para evitar la transmisión de un reportaje sobre las irregularidades del rescate bancario en los años noventa.
No ví dicho reportaje, pero todo apunta a que simplemente se repitieron las acusaciones que llevan años en el aire (las mismas que Andrés Manuel López Obrador repite incesamentemnte, que no implica que sean falsas). En ese sentido, es ilógico que la SHCP haya buscado suprimir el programa. Además, su titular, Francisco Gil, sólo tuvo un papel muy secundario en el rescate bancario de la década pasada.
Lógicamente, la SHCP negó las acusaciones y reviró que Salinas Pliego y sus secuaciones tenían mucha cola que pisar por el caso Unefon (ver aquí mi opinión sobre el mismo), además de acusarlos de entorpecer las investigaciones correpondientes. Cabe notar que no es la primera vez que Salinas Pliego utiliza a TV Azteca para promover sus intereses políticos.
El consenso, que comparto, afirma que las acusaciones de Salinas Pliego son un medio de presión para que las autoridades mexicanas no lo sancionen por el caso Unefon. Por lo visto, y con toda justicia, falló. Hoy mismo las autoridades presentaron cargos formales de abuso de información privilegiada contra él y sus colaboradores. Además, todavía le falta enfrentar a la justicia estadounidense (cuyo caso contra Salinas Pliego se resume aquí).
Salinas Pliego es todo un misterio. Sin duda, es un hombre de negocios con mucho talento: Elektra, otra empresa suya, ha tenido un enorme desarrollo bajo su tutela e incluso TV Azteca es un buen negocio. Pero tiene tendencias autodestructivas inexplicables.
Para financiar a Unefón, su empresa de telecomunicaciones, forzó a los accionistas de TV Azteca a hacer aportaciones. En el caso actual, aprovechó información privilegiada para hacer una enorme ganancia en la compra y venta de la deuda de Unefon sin dar aviso a los accionistas de TV Azteca (que tienen la mitad de esa empresa) y de Unefon. A la larga, estas torpezas le costarán muy caro: simplemente, las acciones de las empresas que controla cotizarán a un precio menor del que tendrían si Salinas Pliego tuviera una buena reputación. Por lo pronto, hoy las acciones de TV Azteca cayeron casi 4%.
Además, cuando te agarran con las manos en la masa, no tiene mucho sentido declarar la inocencia y atacar a los acusadores, tal como ha hecho Salinas. Más bien, lo sensato es negociar. Vaya tipo.
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