Hace poco más de un año, pronostiqué que General Motors y Ford enfrentarían una severa crisis financiera, en buena medida porque su mezcla de productos, muy orientada a camionetas, era insostenible en tiempos de gasolina cara. A eso se le puede agregar el costo de de sus trabajadores jubilados, productos feos y poco confiables, etc.
Modestia aparte, cada día que pasa se acerca el cumplimiento de mi profecía. Basta ver las impactantes caídas en sus ventas.
Mis impresiones anecdóticas más que confirman lo que dicen los números. En California, las calles están llenas de Toyotas y Hondas de más de 10 años de antiguedad. En cambio, es poco común ver autos de marca estadounidense de esa edad. Simplemente no duran tanto y/o su estética no aguanta el paso del tiempo
Al respecto, me limito a señalar que Ford tiene más esperanzas de salir adelante que General Motors. Esta última simple y sencillamente no tiene un sólo auto deseable.
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