Como es viernes, empecemos por las buenas. El hecho de que el precio del petróleo siga alto sin que se presenten interrupciones en el suministro confirma que la economía mundial sigue creciendo a buen ritmo. Esto es notable porque desde hace varios meses hay temores en los mercados sobre una fuerte desaceleración, un hecho que se refleja en el bajo nivel de las tasas de interés de largo plazo.
Además, hay que tomar en cuenta que los mercados de futuros esperan que los precios se mantendrán altos por un buen tiempo (ver aquí).
Claro, no todos comparten este punto de vista. Por ejemplo, Andy Xie de Morgan Stanley atribuye el alza en el precio del petróleo a la ?especulación?: los grandes fondos están entrando en este mercado como parte de una clásica estrategia de ?xxx?. Señala que cuando eventualmente se desaceleren las economías de China y EUA y ante el creciente uso de sustitutos del petróleo, su precio colapsará.
Siempre sospecho cuando algo se explica por ?especulación?, un término indispensable en el léxico de personajes como Fidel Castro. Pero después de vivir intensamente las burbujas financieras de los últimos años, tampoco descartaría esta explicación del todo.
En fin. La mala noticia es que el alza en el costo de la energía será un freno al crecimiento, tanto de forma directa (al transferir recursos de los consumidores a los países exportadores, que tienden ?por lo pronto?a ahorrar la bonanza) como indirecta a través del nexo inflación-tasas de interés.
De hecho, mi principal temor es que la economía mundial está en una suerte de frágil equilibrio. A final de cuentas, todos sabemos que hay fuertes desequilibrios financieros (notablemente en EUA). Es posible que un alza desmedida en el petróleo detone un ajuste que se podría traducir en un círculo vicioso.
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