martes, marzo 07, 2006

Cuando la sensatez se va....

Robert Samuelson, un columnista del Washington Post y de Newsweek, es una de esas raras personas que escriben de manera clara, concisa y comprensible para todos sobre temas económicos. Es un tipo bastante sensato en lo general (y en el pasado he destacado algunas de sus notas).

Pero tal como he señalado en otras ocasiones, algo le sucede a estadounidenses de este tipo cuando se discute el tema de la migración. Hoy Samuelson escribe sobre la necesidad de literalmente erigir un muro en la frontera con México, aunque reconoce que no es viable expulsar a los 12 millones de indocumentados que viven en ese país.

Empecemos por lo positivo: no es un xenófobo (carece motivos racistas evidentes) y reconoce que dicho muro es algo terrible (aunque según él es la opción menos mala).

Pero, como todos los que formulan estos argumentos, básicamente ignora al elefante en la habitación: México (fuera de decir que nos alienaría). Básicamente, plantea la cuestión de manera totalmente unilateral: es una decisión exclusiva de Estados Unidos. Las consecuencias para México y para la relación bilateral son ignoradas olímpicamente; lo mismo se puede decir del golpe a la imagen de Estados Unidos.

Es increíble. Perdón por la insistencia, pero me parece asombroso que en Estados Unidos se ignore --de manera intencional o no--que tienen un vecino cuya población suma 100 millones y que comparten una frontera de 3,000 kilómetros. Mal que bien, somos el tercer socio comercial de ese país y, según ciertas fuentes, hay cerca de un millón de estadounidenses que viven en México.

Vaya, no digo esto por sensibilidad nacionalista. México es un país pobre, mal gobernado y con una sociedad que carece de la más mínima cohesión o autoestima. Nuestro presidente es un idiota. Nuestra clase política es una desgracia.

Pero hay que negociar con México y comunicarse con los mexicanos. No somos tontos: sabemos que parte del rechazo hacia nosotros refleja nuestro bajo nivel de educación (aunque no sea culpa de los individuos) y el daño indudable (por no decir la amenaza) que la ilegalidad causa a ese país.

Hay mejores formas de arreglar esto. Se necesita un programa muy bien diseñado de trabajo temporal, una intensa presión sobre el gobierno mexicano (sí, con amenazas si no hace su trabajo bien) y la eliminación de la tolerancia implícita al trabajo ilegal.

No va a ser sencillo. Pero es infinitamente superior al muro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Well Andres, this is the problem (I'm assuming you're the same guy who writes the new "Border Sanity" blog:

"Nuestro presidente es un idiota. Nuestra clase política es una desgracia."

Why do you write "Nuestro" ("our")? If you're an American, you wouldn't call Mexico's government "ours," you'd call it "theirs".

This is the core of the problem -- too much immigration and too little assimilation in the Southwest has led many to have dual loyalties.

Anyway, I'll keep reading your blogs. Have a good day.