La reforma migratoria estadounidense impulsada por los senadores McCain y Kennedy, junto el el presidente Bush, murió y todo apunta a que no será resucitada por un buen tiempo, saboteada por el ala xenofóbica del Partido Republicano. ¿Es una mala noticia para México y Centroamérica?
La verdad, no sé. Ciertamente, tenía elementos positivos como un plan de trabajadores huéspedes (aunque insuficiente) y la legalización de los migrantes ilegales (aunque sólo mediante un proceso largo y francamente punitivo). A cambio de estas "concesiones", habría más recursos para controlar la frontera, mecanismos para verificar el estatus de los trabajadores y mayores sanciones para los patrones que emplean ilegales.
En la práctica era un plan complejo que dificilmente funcionaría tomando en cuenta el desastre que es la burocracia migratoria estadounidense. Además, México jamás fue consultado e involucrado. De hecho, en el debate jamás se mencionó la existencia del vecino sureño. Lo cual habla volúmenes sobre el desastre que es la política exterior estadounidense (que no se limita al Sr. Bush).
(Yo favorezco un plan grande y generoso de trabajadores húespedes y amnistía a quienes tienen familia en EUA. Otro día discutiré por qué).
La pregunta es qué pasará si el Partido Demócrata mantiene su control del congreso y captura la presidencia el año entrante. Sin duda, los demócratas son infinitamente menos racistas/xenofóbicos y concederían una amnistía mucho más generosa. Pero, paradójicamente, están muy en contra de trabajadores huéspedes (por el peso del ala sindical). En otras palabras, ofrecerían una reforma que favorecería a los mexicanos que ya viven en EUA, pero limitaría las posibilidades de una migración racional a futuro.
sábado, junio 09, 2007
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