Este título parece sorprendente tomando en cuenta la quiebra de Delphi, el fabricante más grande de autopartes del mundo, y las pérdidas constantes de General Motors y Ford, la primera y tercera armadora de autos, respectivamente.
Pero notese que las empresas en cuestión son estadounidenses. Ofrecen autos grandes, poco eficientes y, salvo una que otra excepción, feos. A esto hay que agregar otros dos problemas importantes: tienen que pagar las pensiones y gastos médicos de sus trabajadores jubilados (costos que absorbe el gobierno en Europa y Japón) y su participación en los mercados asiáticos es limitada.
Respecto a este último punto, hay un dato interesante. En 1999, el 30% de los vehículos (autos, camiones y autobuses) del mundo se fabricaban en Asia. El año pasado, esa proporción subió a 38%.
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