martes, octubre 25, 2005

De clichés y estándares tecnológicos

La guerra entre el estándar Betamax de Sony y el estándar VHS de Matsushita para el dominio del mercado de videograbadoras en los años 80 es el ejemplo más claro y conocido del llamado "efecto de estándar" en donde una tecnología llega a dominar completamente un cierto mercado (VHS en este caso).

Por eso resulta increíble que dos décadas después se siga citando este ejemplo en contextos donde no viene al caso, como el que se describe en este artículo.

Un breve resumen:

Como era de esperarse, el alza en el precio de la gasolina está impulsando la demanda de automóbiles híbridos (que utilizan gasolina y electricidad para la propulsión). Hasta ahora, sólo Toyota, Honda y Ford ofrecen modelos de este tipo.

Aparentemente, es una tecnología cara tanto en términos de gasto de investigación como en términos de la fabricación de autos que la incorporan. Como resultado, hay interés entre las armadoras de autos para establecer alianzas con el objetivo de desarrollar estándares comunes para compartir los gastos fijos de desarrollo y facilitar las economías de escala necesarias para abatir el costo de los componentes requeridos para los motores híbridos.

Toyota, la empresa pionera en este ramo, ha promovido su estándar sin éxito. General Motors ya se alió con Daimler y BMW, mientras que Ford y Honda han declarado que seguirán su propio camino


¿En qué se parece esto a la batalla Beta vs. VHS? Bueno, pues me imagino que en ambos casos hay/había diferencias relevantes --aunque no dramáticas--entre los estándares disponibles. (Beta supuestamente tenía mejor calidad y VHS ofrecía cintas de mayor duración; en el caso de los híbridos no tengo la menor idea).

Pero la diferencia clave entre ambos casos es que en las videograbadoras el atractivo de cada estándar llegó a depender de cuántas personas lo habían adoptado. Esto se debe al impacto de la renta de videos: si en el local había más cintas de VHS, tenía sentido comprar una máquina de ese estándar. A su vez, la tienda decidía cuál tipo de cinta pedir según su percepción del número de personas con uno u otro estándar. Por tanto, una pequeña ventaja al inicio se podía traducir a un dominio abrumador.

Cabe notar que no sé por qué VHS estableció una ventaja, ya que si recuerdo bien, Beta salió primero.

Lo mismo sucede con la batalla entre Microsoft y Apple. La ventaja inicial de Windows, siempre más enfocado al segmento de negocios, donde había más PC's, aseguró su dominio casi absoluto (sólo podías leer/manipular archivos de máquinas con el mismo estándar que la tuya).

En el caso de los autos híbridos, no veo que exista ese efecto. Al tomar mi decisión, lo que me importa son las características de cada modelo (precio, kilometraje, apariencia, etc.) y no cuántas personas lo manejan. Esto cambiaría si, por ejemplo, cada estándar requeriría una mezcla única de combustible. Si ese fuera el caso, entonces la variable de disponibilidad de ese combustible entraría en la ecuación y aseguraría el eventual dominio del estándar más popular.

Claro, eso no quiere decir que esta cuestión sea irrelevante. La empresa que primero alcance niveles significativos de ventas (Toyota en este caso) podrá generar importantes economías de escala, que se podrían traducir en una ventaja de precios y así permitir que domine este mercado. Sin embargo, el hecho de que los híbridos cuesten entre 10 y 20% más que el mismo modelo con motor de gasolina significa que seguirá siendo un mercado de nicho y, por tanto, es difícil que surja un estándar dominante en el futuro previsible.

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