domingo, mayo 29, 2005

...y Francia dijo no

Así es. El primer pilar de la Unión Europea rechazó la constitución propuesta, tal como anticiparon desde hace un par de meses las encuestas.

¿Y qué dicen los mercados? Pues están tan campantes. En los últimos dos meses, el índice MSCI Europa ganó 1.4% y acumula un alza de 4.6% en 2005. Al euro no le va tan bien --bajó de 1.35 US$/EUR en diciembre a 1.25 actualmente--pero sigue cotizando cerca del nivel promedio del año pasado.

Esto es lógico. A final de cuentas, la constitución propuesta no abordaba de manera directa cuestiones económicas y las instituciones existentes, como el Banco Central Europeo, seguirán funcionando sin alteración alguna. Claro, seguro este lunes el euro y las bolsas europeas quizá presenten una reacción negativa, pero será menor y poco duradera.

Ahora bien, esto no quiere decir que este tema sea irrelevante en el plano económico (el político se lo dejo a otros). Es importante en el sentido de que confirma que muchos europeos están frustrados con la situación actual de bajo crecimiento y alto desempleo y no ven que sus gobiernos o la UE ofrecen respuestas. Si persiste esta situación, es posible que se presenten riesgos más serios, como un alza en el proteccionismo intra-europeo y el desmoronamiento de la unión monetaria (ver este análisis).

La mayoría de los relatos periodísticos señalan que las principales fuentes de oposición a la constitución son la derecha xenofóbica (centrada en temas de inmigración y expansión de la UE) y la izquierda dogmática, que considera que actualmente la UE promueve el "capitalismo salvaje".

Para mi es difícil evaluar cuánto apoyo realmente tienen esos grupos. Pero tengo una corazonada. Yo creo que la mayoría de los europeos sabe que están en una situación insostenible. No se pueden mantener generosos estados de beneficiencia cuando sólo trabaja el 60% de la fuerza laboral potencial (contra más de 70% en EUA y el bloque anglosajón), la economía crece a sólo 1% y los indicadores demográficos se deterioran ráídamente. Como consecuencia, empresas e individuos muestran un profundo pesimismo que se traduce en un bajo dinamismo económico.

Si se quiere romper este círculo vicioso, se requieren reformas liberalizadoras en el ámbito laboral.Y tarde o temprano se darán. Como bien dijo un sabio, si algo no puede seguir igual, no lo hará.

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