Gracias a Dan Drezner, me entero de un ensayo de Moisés Naím, editor de Foreign Policy, sobre el desempeño económico de diversas poblaciones árabes. En concreto, Naím contrasta la situación de los inmigrantes árabes en Estados Unidos y en Europa. Los primeros prosperan, ya que tienen niveles de ingreso y educación superiores al promedio, mientras los segundos se mantienen muy rezagados.
En ese sentido, la moraleja es que el atraso económico del mundo árabe no puede ser atribuido a factores culturales, ya que a los árabes en EUA les va muy bien, sino a políticas erróneas e instituciones endebles, tanto en Medio Oriente como en Europa.
En lo personal, simpatizo con este argumento: considero que todos los pueblos tienen la misma capacidad para prosperar. Pero eso no quiere decir que Naím tenga razón o que la cultura sea irrelevante.
De entrada, cabe notar que los árabes residentes en Estados Unidos son muy, muy diferentes a sus paisanos en Medio Oriente o Europa, como se puede ver aquí. La gran mayoría provienen de Líbano, Siria, Palestina e Irak y sólo el 24% son musulmanes. En cambio, mi impresión (no tengo datos firmes) es que en Europa la mayoría de los inmigrantes del mundo árabe (ojo, esto excluye a los turcos) son musulmanes del Norte de África.
Esto es relevante por varios motivos. En primer lugar, la región de Siria/Líbano/Palestina fue tradicionalmente la más próspera y educada de Medio Oriente, mientras que Marruecos y Argelia eran países mucho más rezagados (y en el caso de esta última, sujeta al brutal colonialismo francés). Asimismo, en el primer grupo, los cristianos tradicionalmente fueron el grupo de mayor capacidad económica y mayor nivel educativo (lo mismo aplica en Egipto e Irak). Todo esto explica por qué los árabes estadounidenses son lo que son.
Por ponerlo de otra forma, es como contrastar a los inimigrantes cubanos y mexicanos en EUA. Sí, ambos son hispanos, pero los primeros son la élite que huyó del país mientras que los segundos son campesinos semialfabetas en su mayoría.
En cuanto a la cultura, es un hecho que cuando grandes regiones no prosperan, definitivamente hay algo profundo que está mal. Vaya, no están solos: América Latina ofrece el ejemplo más notorio de potencial desperdiciado por una cultura sociopolítica venenosa.
No conozco mucho del mundo árabe, pero me queda claro que las fuertes divisiones étnico-religiosas, el legado de siglos de ineficaz y corrupto gobierno otomano, el primitivismo de socio-político de los países del Golfo Pérsico y Marruecos (lean a D.H. Lawrence) y la adopción de modelos socialistas en algunos casos (Siria, Egipto, Argelia) tienen mucho que ver con el mal desempeño de esos países.
martes, mayo 24, 2005
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