Desde los tiempos de Simón Bolivar, la integración de América Latina ha sido un proyecto apoyado por muchos en el plano abstacto y por muy pocos en la práctica. No obstante, en los últimos años se han prsentado avances notables en el ámbito comercial, entre los que destaca la formación de Mercosur, la revitalización del Pacto Andino y la firma de diversos tratados de libre comercio (México los tiene con Chile, Colombia, Venezuela y Costa Rica, por citar algunos ejemplos).
Estas modestas iniciativas despertaron ambiciones mayores. Por un lado, Estados Unidos promueve la idea de un pacto general para todo el continente, que de alguna forma elimine la necesidad de una apertura gradual y desigual mediante pactos bilaterales (el famoso ALCA). Por otro lado, Hugo Chávez está agitando a favor de una alternativa (nadie sabe con precisión qué tiene en mente, empezando por él mismo) centrada en América Latina.
A estas alturas, todo mundo debe saber que cualquier idea promovida por Chávez probablemente no es muy buena (salvo para sus sueños megalómanos). Y, en efecto, promover un área de libre comercio centrada exclusivamente en América Latina no aportaría grandes beneficios.
El motivo es sencillo. A largo plazo, lo único que importa en materia económica es impulsar el crecimiento de la productividad para elevar el estándar de vida de la población (sí, simplifico demasiado, pero dejemos a las cuestiones de libertad a un lado). El libre comercio promueve esto al fomentar la especialización, al dar pie a mayores economías de escala y al imponer la disciplina de la competencia. En ese sentido, es claro que un país se beneficiará en mayor grado entre más grande sea el mercado externo al que tenga acceso.
América Latina y el Caribe sólo aportan el 5% del PIB mundial (México y Brasil por sí mismos aportan más de la mitad de ese total). Dicho de otra forma, los beneficios de la integración regional serían bajos (aunque no inexistentes). El caso de Mercosur, que analizo a detalle en esta nota, confirma este punto a creces.
Por tanto, el ALCA promovido por Estados Unidos tiene mucho más sentido económico. ¿Por qué no recibe más apoyo? Hay varios motivos. Por un lado, México no lo promueve con mucho entusiasmo porque siente que incrementaría la competencia para sus productos, que actualmente tienen acceso preferencial al mercado estadounidense. Por el otro, Brasil da la impresión que prefiere ser cabeza de ratón (Mercosur) que cola de león, además de que su planta industrial siempre ha resistido la apertura comercial.
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2 comentarios:
Las propuestas económicas de Chavez serán una autentica lacra para su país, espero que su ejemplo no se extienda mucho por Latinoamérica, porque sino estaremos hablando de una nueva década perdida. Quizás sería interesante que el ALCA fuera apoyado por EEUU con fondos estruturales directos para el desarrollo de infraestructuras en la región, del estilo como las recibidas por España en su integración en la Unión Europea.
Las propuestas económicas de Chavez serán una autentica lacra para su país, espero que su ejemplo no se extienda mucho por Latinoamérica, porque sino estaremos hablando de una nueva década perdida. Quizás sería interesante que el ALCA fuera apoyado por EEUU con fondos estruturales directos para el desarrollo de infraestructuras en la región, del estilo como las recibidas por España en su integración en la Unión Europea.
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