jueves, abril 28, 2005

Salinas Pliego escupe pa'rriba (otra vez)

Ayer, Ricardo Salinas Pliego, el accionista controlador de TV Azteca (la segunda cadena de México) y niño malo del mundo empresarial mexicano, acusó a funcionarios de la Secretaría de Hacienda (SHCP) de amenazar a dicha televisora para evitar la transmisión de un reportaje sobre las irregularidades del rescate bancario en los años noventa.

No ví dicho reportaje, pero todo apunta a que simplemente se repitieron las acusaciones que llevan años en el aire (las mismas que Andrés Manuel López Obrador repite incesamentemnte, que no implica que sean falsas). En ese sentido, es ilógico que la SHCP haya buscado suprimir el programa. Además, su titular, Francisco Gil, sólo tuvo un papel muy secundario en el rescate bancario de la década pasada.

Lógicamente, la SHCP negó las acusaciones y reviró que Salinas Pliego y sus secuaciones tenían mucha cola que pisar por el caso Unefon (ver aquí mi opinión sobre el mismo), además de acusarlos de entorpecer las investigaciones correpondientes. Cabe notar que no es la primera vez que Salinas Pliego utiliza a TV Azteca para promover sus intereses políticos.

El consenso, que comparto, afirma que las acusaciones de Salinas Pliego son un medio de presión para que las autoridades mexicanas no lo sancionen por el caso Unefon. Por lo visto, y con toda justicia, falló. Hoy mismo las autoridades presentaron cargos formales de abuso de información privilegiada contra él y sus colaboradores. Además, todavía le falta enfrentar a la justicia estadounidense (cuyo caso contra Salinas Pliego se resume aquí).

Salinas Pliego es todo un misterio. Sin duda, es un hombre de negocios con mucho talento: Elektra, otra empresa suya, ha tenido un enorme desarrollo bajo su tutela e incluso TV Azteca es un buen negocio. Pero tiene tendencias autodestructivas inexplicables.

Para financiar a Unefón, su empresa de telecomunicaciones, forzó a los accionistas de TV Azteca a hacer aportaciones. En el caso actual, aprovechó información privilegiada para hacer una enorme ganancia en la compra y venta de la deuda de Unefon sin dar aviso a los accionistas de TV Azteca (que tienen la mitad de esa empresa) y de Unefon. A la larga, estas torpezas le costarán muy caro: simplemente, las acciones de las empresas que controla cotizarán a un precio menor del que tendrían si Salinas Pliego tuviera una buena reputación. Por lo pronto, hoy las acciones de TV Azteca cayeron casi 4%.

Además, cuando te agarran con las manos en la masa, no tiene mucho sentido declarar la inocencia y atacar a los acusadores, tal como ha hecho Salinas. Más bien, lo sensato es negociar. Vaya tipo.

miércoles, abril 27, 2005

Rockonomía

Alan Krueger y Marie Connelly, dos economistas de la Universidad de Princeton, acaban de publicar un extenso estudio sobre el análisis económico de la industria de la música pop (en corto, ?rockonomía?). De entrada, cabe advertir que no es una lectura muy amena, pero sí es relativamente accesible incluso para quienes tienen conocimientos básicos de economía (para los demás, hay mucha información interesante).

Este trabajo presenta muchos puntos interesantes. Por ejemplo, los autores señalan que es probable que la caída global en las ventas de discos sean la causa de la fuerte alza en el precio de los boletos de los conciertos de rock en los últimos años. Al parecer, los artistas buscan compensar la baja en la primera fuente de ingresos con un aumento en la segunda.

Lo que más me sorprendió es la enorme complejidad de la industria de la música. Literalmente, hay decenas de miles de proveedores, millones de productos y miles de millones de consumidores. La relación entre los artistas, productores y distribuidores de música involucra contratos singulares para repartir riesgos y asignar incentivos. A todo esto hay que agregar el incierto impacto de la tecnología en cada una de las facetas del negocio.

Los autores muestran que en realidad conocemos poco a este negocio y lo entendemos menos, pese a su gran visibilidad e importancia. Por ejemplo, hasta ahora nadie ha podido demostrar con contundencia cuál es el verdadero impacto de las descargas gratuitas de canciones en redes P2P en las ventas de discos.

Sin duda, la rockonomía parece tener un futuro muy prometedor.

martes, abril 26, 2005

Señales cruzadas en los mercados

Una serie de informes negativos sobre la economía estadounidense en semanas recientes (empleo, ventas minoristas, inflación) se reflejaron en una reducción en las expectativas de crecimiento de ese país. Como era de esperarse, los índices de acciones cayeron (poco menos de 2% en abril) y las tasas de interés de largo plazo bajaron (de 4.6% a fines de marzo a 4.3% hoy día en el caso de los bonos del Tesoro de 10 años).

Pero algo raro sucede. Los precios de los productos primarios, que subieron 33% en los últimos 12 meses según el FMI, casi no se han movido en lo que va del mes. Esta es una señal de que la economía estadounidense (y la china por añadidura) se mantiene fuerte.

En otras palabras, ¿qué indicador es mejor para predecir la evolución de la actividad económica? Yo le apuesto a las tasas de interés, pero sólo el tiempo dirá. Por cierto, aquí hay una nota más detallada sobre este tema.

lunes, abril 25, 2005

Las finanzas de Hollywood

No se pierdan este artículo en Slate sobre cómo se financían las grandes producciones hollywoodenses. En este caso, la realidad es mucho más extraña que la ficción: basta señalar que tiene mucho que ver con el código fiscal alemán. Los europeos, que tanto se quejan de la perniciosa influencia del cine yanqui, aportan el dinero que lo hace posible. Vaya ironía.

viernes, abril 22, 2005

América Latina, la virtuosa

No es broma señores. En efecto, esta región abandonó sus mañas despilfarradoras para seguir el virtuoso camino del ahorro. Según el FMI, desde 2003 los países al sur del Río Bravo están gastando menos de lo que generan como ingreso. En dialecto macro, su cuenta corriente tiene un saldo positivo (es decir, ahorran más de lo que invierten).

Esto no tiene precedentes. Ni en años de grandes crisis como 1983 y 1995, cuando nadie en su sano juicio estaba dispuesto a prestarles un centavo.

Cabe notar que este sorprendente hecho no es resultado de alguna anomalía. En 2000, cinco de las siete economías principales de AL (México, Brasil, Argentina, Colombia, Venezuela, Chile y Perú) presentaban déficits de cuenta corriente. Sólo Colombia y Venezuela tenían saldos positivos, mientras que México y Brasil, las dos economías más grandes, presentaban déficits de 3% y 4% del PIB respectivamente. El año pasado, sólo México y Colombia presentaron déficits (Perú quedó básicamente en cero), que fueron muy moderados (sólo 1% del PIB).

¿Qué explica esta transformación? Veamos las dos variables claves: inversión y ahorro. La inversión en la región bajó como porcentaje del PIB de 20.7% en 2000 a 19.8% en 2004, una caída moderada que no explica del todo el cambio. En realidad, el ahorro fue la clave: subió de 18% a 21% en este periodo.

Es interesante notar que este arranque de frugalidad se puede atribuir a las empresas y las personas físicas en su mayoría. Según el FMI, el saldo fiscal de los gobiernos de la región pasó de ?2.4% del PIB en 2000 a ?1.6% en 2004, una mejora que estimula en ahorro, pero no suficiente para explicar la magnitud del alza observada.

A primera vista, todo esto parece positivo. Un mayor nivel de ahorro permite reducir la aun elevada deuda externa de la región, que a su vez se refleja en menores tasas de interés, y evita los riesgos de tener que depender de los volátiles flujos de capital externo.

Sin embargo, lo que no está bien es el rezago en la inversión. América Latina necesita desesperadamente crecer más. En los últimos 25 años, sus economías han crecido en promedio sólo 2.5% anual en términos reales, un nivel que no permite elevar el ingreso por habitante e inferior al crecimiento de una economía madura como la de Estados Unidos. Para elevar esa tasa, se requiere una mayor inversión y medidas para lograr que la inversión existente sea más productiva.

Es insólito que ahora que hay capital disponible en abundancia, no hay voluntad para invertirlo. ¿Por qué?

No hay respuesta sencilla. La demografía seguramente tiene algo que ver: la caída en la natalidad y el todavía bajo número de ancianos implica que el hogar promedio tiene un mayor ingreso disponible, lo cual permite ahorrar incluso si los ingresos promedios siguen estancados.

El caso de las empresas, sobre todo las grandes, es más interesante. Al igual que sus contrapartes en los países ricos, las nuevas tecnologías han elevado su eficiencia, por lo cual pueden subir su producción sin invertir tanto como antes. Asimismo, muchas consideran que el surgimiento de China y el bajo grado de competitividad de la región (mala infraestructura, bajo nivel de educación, etc.) limita sus posibilidades de crecer vía exportaciones. Por tanto, sólo invierten para satisfacer a su mercado doméstico, el cual saben por experiencia que crece poco.

En México, esta situación se refleja de diversas maneras. Por un lado, muchas empresas están aumentando sus dividendos y la recompra de sus acciones, señales claras de que consideran que hay limitadas oportunidades de expansión. En algunos casos, utilizan las utilidades de sus operaciones nacionales para expandirse a escala internacional vía adquisiciones (Cemex, Telmex, América Móvil, Femsa, Bimbo, etc.).

La falta de inversión en AL es trágico. Pero no hay que olvidar que las empresas son entes racionales que reaccionan a su entorno. Si éste no es muy prometedor, van a invertir poco. Lo que claramente falta es que los gobiernos actúen para mejorarlo. Desafortunadamente, no hay muchas señales de que esto suceda.

miércoles, abril 20, 2005

Impuestos y justicia social

El semanario The Economist dedicó un largo artículo la semana pasada a las ventajas de los sistemas fiscales de tasa uniforme. Es una idea que me atraé, pero el análisis de esta revista tiene una enorme omisión.

En esencia, este sistema cobra la misma tasa al ingreso neto captado por todos los contribuyentes (empresas e invididuos). Actualmente, en la gran mayoría de los países se cobran múltiples tasas, las cuales aumentan conforme al ingreso. Cabe notar que incluso en los sistemas de tasa uniforme pueden existir variaciones: la tasa para los individuos no suele ser igual a la tasa aplicada a las empresas y, en general, no se gravan los ingresos hasta un cierto nivel mínimo.

El sistema de tasas uniformes ofrece varias ventajas: 1) reduce enormemente los costos de cobranza del gobierno; 2) minimiza los incentivos y las oportunidades para la evasión fiscal; 3) baja los costos de cumplimiento de los contribuyentes; y 4) impide que los legisladores interfieran en la asignación economica de recursos mediante distorsiones como exenciones fiscales para ciertas industrias/actividades.

¿Suena exótico? Pues varias naciones de Europa del Este ya instrumentaron sistemas de tasa uniforme y parece que están funcionando bien.

Claro, hay una objeción importante a los impuestos de tasa uniforme: van en contra de la justicia social. En otras palabras, los ricos deben pagar más y los pobres menos. La desventaja de estos sistemas de fiscalización "progresiva" es que imponen una gran complejidad a los códigos fiscales (elevando los costos asociados) y permiten la manipulación política de los mismos. The Economist argumenta que esto lleva a que a final de cuentas los ricos terminan pagando en muchos casos la misma proporción de su ingreso en impuestos que la clase media.

Resumiendo, hay argumentos muy poderosos a favor de los impuestos uniformes en términos de costos. Pero The Economist cometió un grave error: no se puede hablar de impuestos sin tocar el tema de cómo se gastan.

El sistema fiscal tiene dos caras: la recaudación de ingresos y la distribución del gasto. Bajo la óptica de la justicia social, es claro que las dos tienen la misma importancia. De nada sirve que los impuestos sean "progresivos" si el gasto es regresivo (los ricos reciben más que los pobres). El enorme problema que existe en todo el mundo es que nadie sabe que tan progresivo es el gasto de los gobiernos (en general). En lo personal, yo sospecho que es poco progresivo en el mundo industrializado y en países como México tiende a ser regresivo. Si alguien conoce estudios sobre este punto, por favor avísenme.

Tomando esto en cuenta, yo favorecería un sistema de tasa uniforme (con un ingreso mínimo exento) por el enorme ahorro que generaría para todos en términos de costos. Pero al mismo tiempo exigiría que todo el gasto gubernamental fuera evaluado en términos de justicia y equidad, de tal forma que se favorezca a los que menos tienen.

martes, abril 19, 2005

De la inflación a la deflación en menos de un mes

En marzo, los inversionistas temían un repunte en la inflación estadounidense derivado del alza abrupta en los precios del petróleo y otras materias, que a su vez era consecuencia del fuerte crecimiento en EUA y China. Como resultado, las tasas de interés de los bonos de 10 años del Tesoro subieron de 4% a 4.6%, algo que le pegó duro a sectores ligados a las tasas como el financiero y los valores emergentes.

Este mes, el panorama cambió radicalmente. Tras una serie de sorpresas negativas --sobre todo los reportes decepcionantes de empleo y ventas minoristas en EUA--ahora los inversionistas temen lo contrario: que el crecimiento económico en Estados Unidos se frenará. El resultado: las tasas de interés de largo plazo se desplomaron junto con las acciones.

Como decimos en mi pueblo, es un clásico bandazo. Posiblemente sea una tormenta en un vaso: a final de cuentas, los indicadores mensuales suelen ser muy volátiles. Pero tampoco hay que olvidar que la naturaleza del actual ciclo económico en EUA es frágil, ya que la expansión descansa en los hombros del heróico consumidor yanqui, el cual a redujo su tasa de ahorro a cero. Si no repunta el empleo y la inversión, tenemos problemas.

En fin. En esta nota elaboro un poco más este interesante tema.

jueves, abril 14, 2005

El rostro de la globalización

Para muchos, el único encuentro personal con la globalización es cuando observan el origen nacional de los productos que compran en las tiendas, ya que sólo los trabajadores en la industria manufactuera (siempre una minoría) sienten directamente el viento frío de la competencia internacional.

No soy profeta ni mucho menos, pero les puedo asegurar que en el futuro proximo muchos más sentirán que les pisan los talones. Esa es la conclusión que llegué tras visitar Elance Online, que es un mercado en donde las empresas pueden subastar pequeños proyectos para que los ejecuten pequeños contratistas, quienes presentan ofertas en términos de precios, tiempos, etc. Aunque predominan proyectos de software, hay de todo (contabilidad, editorial, etc.).

Si uno tiene cierta familiaridad con esta clase de trabajos, lo que uno vé ahí es impactante. Por ejemplo, una conocida es traductora, con larga y amplia experiencia. Un proyecto en Elance requiere una traducción del inglés al castellano. Le describí las características y ella me comentó que cobraría unos 3,000 dólares. Cabe notar que su trabajo es de la más alta calidad, por lo cual sus tarifas no son bajas, pero tampoco son particularmente altas. Pues resulta que las personas que pujan --uruguayos, argentinos, colombianos, ingleses, estadounidenses, etc.--para ganar el proyecto ofrecen en promedio unos 1,100 dólares.

Va sin decir que mi amiga quedó horrorizada.

Claro, es difícil evaluar los precios sin tomar en cuenta la calidad del trabajo, pero a primera vista varios de los contratistas parecen muy serios (en Elance uno puede ver cómo los compradores han evaluado trabajos previos de los contratistas).

En mi caso, revisé varios proyectos en el ramo editorial. Ahí no había tanta competencia extranjera, pero los precios también eran mucho menores comparado a lo que yo he visto en mi país. Una mirada superficial a los proyectos de tecnología muestra que muchas veces los proveedores de la India cobran 1/3 de lo que cotizan los estadounidenses.

Sin duda, en la medida en que se extiendan este tipo de prácticas, los profesionales independientes de los países ricos (e incluso de los no tan ricos) sentirán como se evapora su poder de negociación y se reducen sus ingresos. Ahora bien, hay que considerar los beneficios: para las empresas pequeñas y recién creadas, esto significa que tienen que pagar menos por los servicios no esenciales y tampoco requieren contratar personal para llevarlos a cabo, lo cual facilita su expansión y, por ende, la innovación. No obstante, estos beneficios se sentirán en el largo plazo y para muchos ese viaje será muy incómodo.

viernes, abril 08, 2005

América Latina: Buenos resultados, pero.....

Según el Banco Mundial, el año pasado las economías de América Latina y el Caribe crecieron 5.7% real, uno de los mejores resultados en las últimas tres décadas. Para este año estima que crecerán 4.3% real, un resultado bastante respetable.

Sin embargo, no hay que sonar las campanas en celebración. A final de cuentas, el buen desempeño en 2004 fue precedido de tres años bastante decepcionantes. Tampoco hay que olvidar que no se ha roto la tendencia de largo plazo, que muestra que el ingreso por habitante en América Latina creció por debajo de la tasa observada en los países industrializados (cuando la teoría nos llevaría a esperar lo contrario). Según datos del venerable economista Angus Maddison, en 1900 el ingreso de las ocho principales economías de AL era equivalente al 29% del PIB por habitante de Estados Unidos. En 2001, esa proporción se ubicó en tan sólo 23%.